El horror de la guerra empeora en Sudán
La violencia hacia los civiles está tendiendo a “puras atrocidades” según denunció Clementine Nkweta-Salami, la coordinadora humanitaria de la ONU para Sudán, quien advirtió que las batallas entre el ejército y fuerzas paramilitares son cada vez más letales y sangrientas. “La situación es espantosa y sombría. Pero francamente, nos estamos quedando sin palabras para describir el horror de lo que está ocurriendo en Sudán” –declaró la diplomática adusta.
“Continuamos recibiendo informes implacables y atroces de violaciones masivas, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y graves violaciones a derechos humanos de niños y niñas” –informó Salami en rueda de prensa.
Con la voz cortada, la funcionaria añadió: “La gente se ha acostumbrado a ser violada o humillada, y el clima social que hay es muy parecido al que había antes del genocidio de comienzos de siglo en Sudán occidental”
Desde abril, fuerzas leales al general Abdel Fattah al-Burhan –el líder de facto del estado sudanés- han estado en guerra con las RSF (Fuerzas de Soporte Rápido), paramilitares comandados por otro militar veterano, ex diputado y mañoso, como Mohamed Hamdn Dagalo.
La agencia de refugiados de la ONU (UNHCR) señaló que ayer más de 800 personas fueron asesinadas por bandas armadas al oeste de Darfur, en Ardamata, en una zona que se consideraba tranquila, o al menos ajena al conflicto central. Salami amplió: “Nos enteramos por gente que huyó del lugar, y que está escapando también del Chad, donde de vez en cuando también se perpetran salvajes e indiscriminadas matanzas. El clima está espeso y pareciera que cada bando se está esforzando por ser más sádico y cruel que su enemigo. La matanza de Ardamata se realizó en forma abrupta y expedita, entrando los asesinos al campo de refugiados como milicianos de Janjaweed, otro grupo paramilitar armado por el ex dictador Omar al-Bashir para combatir a militares rebeldes que lo acusaron de cipayo y entregador.
“Veinte años después de aquellos funestos sucesos, el mundo está shockeado por las terribles atrocidades y violaciones a los derechos humanos que se cometen en Darfur, Palestina o en la guerra ruso-ucraniana, hoy uno tiene para elegir distintas versiones del espanto y la locura que implican las guerras, sólo para beneficiar a mercenarios y líderes de potencias mundiales que se benefician de ellas” –prosiguió Salami con su alarmante discurso.
Muchos sudaneses escaparon a Egipto, otros a Chad, y el resto se ha suicidado o está planeando huir a Europa. Desde que se desató en abril, más de 10.000 civiles murieron en el conflicto, en lo que es una cifra conservadora provista por autoridades de la ONU, que poca penetración tienen en los terrenos donde se desarrollan las operaciones bélicas.
Varias ONGs y analistas locales sostiene que esa cifra es nimia comparada con los verdaderos muertos y heridos que acarrea el conflicto, y que ya se carece de espacio en los hospitales, morgues y cementerios para seguir trabajando, habiendo huelgas de sepultureros todos los días.
A esta altura, los desplazados llegan a los cinco millones, con más de dos millones que se hallan ahora en países linderos. Entretanto, el mundo sigue pendiente del genocidio israelí en Gaza, que es el que Occidente prefiere como espectáculo central de sus medios masivos de comunicación.