Tu viniste a mí callada como lluvia que aún no ha caído

Tú viniste a mí callada como lluvia que aún no ha caído, temerosa de cómo te ha fallado tu vestido de siete veranos aún abierto en recuerdo de sexo, olores cálidos de muchachos y del césped una vez largo. Pero estamos más fríos ahora, no tenemos la magia del primer amor aquí. Tú viniste a mí callada como bombillas aún no rotas a la luz del sol.

El miedo que veo en tu rostro ahora alineado cambia mi confusión cuando mis manos te alcanzan como lo hacen las ramas. Tu vestido no cae fácilmente, ni tu cuerpo canta de su acorde conquistado. Lo que el amor agregó a una forma común ya no parece un milagro. Tú viniste a mí con tu edad envuelta en excusas y temerosa de su silencio.
En el paraíso nuestras jóvenes vidas hicieron que esta cama y habitación hayan filtrado el mundo y todos sus cuestionamientos, y ahora aquellas formas que nos aterrorizan son las que más nos hacen recordar a las nuestras. Ahora es más fácil revisar anhelos y sentimiento, para simular que no nos preocupa demasiado, tú miras a través de los años, y vienes a mí callada mientras la última de nuestras sensaciones se está cerrando.

 

traducción: HM

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