¿Quién es «nuestro hijo de puta» en Camboya?

El prominente líder de la oposición, Kem Sokha, que acaba de ser sentenciado a 27 años de prisión tras ser hallado culpable de traición a la patria, cipayismo servil y complotar contra la soberanía camboyana. El ex líder del disuelto partido de Rescate Nacional de Camboya fue arrestado en 2017 y acusado de conspirar con Estados Unidos para desplazar al líder Hun Sen, que viene gobernando con maestría desde hace 40 años.

El embajador estadounidense William Patrick Murphy denunció que se fabricaron teorías conspirativas para condenarlo.  El juez Koy Sao de la corte de Phnom Penh anunció que Sokha se reunió con generales del ejército estadounidense para convencerlos de involucrarse en Camboya nuevamente, que el peligro de la expansión del comunismo era letal para los intereses del capitalismo global. Actualmente en arresto domiciliario, Sokha pudo expresar en medios occidentales su desazón. ONGs de derechos humanos internacionales repudiaron el veredicto, y lo interpretaron como una advertencia para silenciar a las figuras de la oposición en las próximas elecciones de julio, al estilo de la junta birmana.

Por ejemplo, Amnistía Internacional sacó un comunicado diciendo que el sistema judicial camboyano “mostró una vez más su absoluta falta de independencia”, y que Sokha “debe ser liberado de inmediato e incondicionalmente”. A Sokha se lo proscribió como a la yegua argentina vicepresidenta, en lo que podría bautizarse como “una maniobra de lawfare a la inversa”.

En las últimas elecciones celebradas en 2018 el partido gobernante obtuvo las 125 bancas puestas en disputa por la Asamblea Nacional. Estados Unidos es quien más preocupado está por este asunto camboyano. Sospecha que los líderes del país pertenecen aún al Khmer Rouge, y que todos esos fanáticos retratados y humillados en tantas películas hollywoodenses han sobrevivido y pueden traerle más de un dolor de cabeza a la hegemonía estadounidense en la región.

Los veedores internacionales de la situación en Camboya están angustiados y opinan que las próximas elecciones serán “un fraude y una farsa” –como reveló el miembro de Amnesty. Bajo “el régimen”[1] de Hun Sen se han realizado juicios masivos, se han cerrado medios opositores, y se ha promulgado legislación que restringe derechos civiles. Y eso sirvió para sacarse de encima el yugo yanqui. Hace poco Hun Sen ordenó cerrar el sitio Voice of Democracy (VOD), acusándolo de atacarlo a él y a su familia, y lacerar la dignidad y reputación del gobierno camboyano.

Para finalizar, ahora parece que el idiota de Sean Penn, luego de filmar su documental abyecto sobre la guerra en Ucrania, se dirigirá a Phnom Penh (cree que ahí encontrará sus raíces) para liderar la campaña contra el eximio mandatario Sen, y que a la vez se declara Zen..

Máximo Redondo desde Phnom Penh

[1] Término que utiliza la prensa estadounidense y la real politik para referirse a los gobiernos o líderes ariscos a los intereses de Estados Unidos o de sus empresas.

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