El plan chino para terminar la guerra ruso-ucraniana

Cumplido un año de la “operación especial” de Putin para desnazificar Ucrania se puede observar sus magros resultados, no tanto a nivel territorial y de daños a la infraestructura o muertos acumulados, sino que a nivel comunicacional Occidente reaccionó expandiendo un totalitarismo protonazi, y Estados Unidos pudo mantener su rol de policía del mundo, engendrador y multiplicador de democracias capitalistas a través de su espuria moneda. Lo demás es circo, histeria y confusión, criminalidad programada por vendedores de armas y poderes ejecutivos.

Ahora China, como potencia emergente que quiere discutir la hegemonía yanqui con rutas de la seda, paciencia y sonrisas amables, está preocupada porque el escenario de la guerra le resta mercados, y además sigue teniendo la presión militarista de Estados Unidos que la provoca una vez por semana derribándole globos civiles o acusándola de todos los delitos y crímenes perpetrados con maestría por quien aún ostenta el mango de la sartén planetaria, dándose el lujo de “esta guerra por encargo” a través del actor cómico judío Zelenski, gran comunicador y líder a quien tendrán que darle próximamente el Oscar.

China, que junto con India se abstuvo de condenar a Rusia como propuso la asamblea de la ONU, publicó un “paper” que elabora una propuesta de paz a través de 12 puntos en los cuales describe su posicionamiento ante los crueles eventos, delineando algunas acciones y sugerencias para acabar con el conflicto satisfaciendo a todos los involucrados.

El paper fue redactado por el diplomático Wang Yi luego de visitar Moscú, donde se reunió con Valdimir Putin. En la conferencia de prensa que siguió al fraternal encuentro, y disfrutando de la mejor vodka moscovita, Yi declaró: “La relación China-Rusia ha superado con éxito los drásticos cambios que se observan en la geopolítica mundial y en el paisaje humano, y ha madurado hasta alcanzar una tenacidad de hierro, tan firme como el monte Tai”.

Pekin sabe que le conviene estar en óptimos términos con Rusia, y que juntos pueden ser un hueso muy duro de roer para Estados Unidos, cuya decadencia se ve reflejada en su octogenario presidente, en las secuelas del trumpismo que han sido devastadoras a nivel mental, impulsando un consumo de estupefacientes y armas demencial. Allí están volviendo al racismo propio de su Guerra Civil, que en cualquier momento puede resucitar, como lo suelen hacer las guerras renovables. El comunicado del ministro chino continuaba así: “Queremos que cesen las hostilidades. El conflicto y la guerra no benefician a nadie. Todas las partes deben ser racionales y ejercitar la contención, eviten avivar las llamas y agravar las tensiones, y no dejen que la crisis se deteriore aún más o se espiralice fuera de control”.

Como si estuviera pronunciando una arenga budista, Yi continuó: “Llamamos a una reanudación del diálogo entre Rusia y Ucrania lo más rápido posible. Sabemos que nuestros asuntos con Estados Unidos y Europa están deshilachados, tenemos que recomponerlos y entre todos contribuir a la paz”.

Sin mencionar directamente a Ucrania, pidió que se mantenga efectivamente la soberanía, independencia e integridad territorial de todos los países, y sin aludir a Rusia, remarcó reiteradamente que se debe respetar la seguridad de las naciones, y que la OTAN sólo se dedica a avivar el fuego, y por supuesto, Estados Unidos con sus sanciones y bloqueos económicos, u otro tipo de extorsiones a los países subyugados.

Seguidamente, luego de carraspear saboreando la vodka, aseveró: “La seguridad de una región no se alcanza fortaleciendo bloques militares y vendiendo armamento a mansalva. Si esto desemboca en un enfrentamiento nuclear, nosotros nos vamos a conquistar el espacio ultraterrestre y que se pudra todo en la Tierra, incluida China”.

Finalmente, el paper propone: “Cada país tiene que esforzarse por facilitar el cese al fuego, y la puerta a una solución política no se puede cerrar. Las lecciones de la historia nos dicen que la crisis, no importa lo profundas que sean, pueden ser resueltas pacíficamente. No importa lo difícil que sea. Apoyamos a quienes promueven la paz en Rusia y a Ucrania, tienen que reanudar la mesa de negociaciones, elaborar opciones factibles. El lenguaje humano tiene que sustentarse en la vida y la tolerancia. ¡Basta de joder al mundo con esta guerra de mierda!”

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