No hay muchos reinos abandonados

Escribo los labios de la luna sobre sus hombros. En un templo de plateada lontananza la albergo para descansar.

Para su cama escribo una quietud sobre todos los cisnes del mundo. Con el aliento matutino del leopardo nieve la protejo de cualquier dolor.

Usando la pluma de ríos y cimas de montaña guardo su almohada con canto.
Sobre su cabello escribo el aspecto de los paraísos en la madrugada.
Afuera de este reino, de este último lugar puro, yo guardaría a nuestros gobiernos, nuestra civilización y todas las otras instituciones corruptas y abandonadas de espíritu.
Oh, frías y bellas flores de la luna moviéndose sobre sus hombros… los labios de la luna moviéndose allí… donde el toque de cualesquiera otros labios sería una profanación.

 

traducción: HM

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