Manifiesto populista N°1

Poetas, salgan de sus closets, abran sus ventanas, abran sus puertas, han estado encerrados por mucho tiempo en sus mundos cerrados. Vamos, bajen, bajen, de sus colinas rusas, colinas de Telégrafo, colinas de capilla, colinas de faro, sus montes análogos y Montparnasses, abajo de sus colinas y montañas a pie, de sus tipis y cúpulas. Los árboles aún están cayendo y ya no iremos a los bosques. No hay tiempo ahora para sentarse en ellos mientras el hombre incendia su propio hogar para asar un cerdo, no más cantos de hare krishna mientras arde Roma. San Francisco está ardiendo, el incendio de Moscú de Mayakovsky, los combustibles fósiles de la vida. Los abordajes de la noche y el caballo, comiendo luz, calor y energía, y las nubes tienen pantalones. No hay tiempo ahora para que el artista se oculte, arriba, más allá, debajo de los escenarios, indiferente, emparejando las uñas, refinándose afuera de la existencia. No hay tiempo ahora para nuestros pequeños juegos literarios, no hay tiempo ahora para nuestras paranoias e hipocondrías, no hay tiempo ahora para nuestro temor y desprecio, ahora sólo hay tiempo para luz y amor. Hemos visto a las mejores mentes de nuestra generación destruidas por el aburrimiento en lecturas de poesía. La poesía no es una sociedad secreta, no es tampoco un templo. Palabras y cantos secretos no alargan nada. La hora de venir ha terminado, viene el tiempo del lamento, un tiempo de lamento y regocijo sobre el fin que se aproxima de la civilización industrial, que es mala para la tierra y el hombre. Es tiempo ahora de afrontar afuera en la posición del loto completa, con los ojos bien abiertos, es tiempo ahora de que abran sus bocas con un nuevo discurso abierto, es tiempo ahora de comunicarse con todos los seres sensibles, todos ustedes, ‘poetas de las ciudades’, colgados en museos incluyéndome, todos ustedes, poetas del poeta escribiendo poesía, todos ustedes, poetas de taller en el corazón rural de América, todos ustedes, Ezra Pounds con casa rota, todos ustedes, poetas marginales, enloquecidos y cortados, todos ustedes, poetas de cemento tensionados, todos ustedes, poetes cunnilinguales, todos ustedes, poetas de toilet pago gimiendo con graffitis, todos ustedes, swingers de tren que nunca se hamacan en abedules, todos ustedes, maestros de aserradero de haiku en las Siberias de América, todos ustedes, ciegos irrealistas, todos ustedes, supersurrealistas auto-ocultados, todos ustedes, visionarios de lecho y agitadores de closet, todos ustedes, poetas Groucho Marxistas, y camaradas de clase ociosa, que yacen todo el día hablando sobre la clase trabajadora proletaria, todos ustedes, católicos anarquistas de poesía, todos ustedes, negros montañeses de poesía, todos ustedes, bucólicos de Bolinas y Brahims de Boston, todos ustedes, madres de cuchitril de poesía, todos ustedes, hermanos zen de poesía, todos ustedes, amantes suicidas de poesía, todos ustedes, profesores peludos de poesía, todos ustedes, revisionistas de poesía, bebiendo la sangre del poeta, todos ustedes, Policía de Poesía, donde estén los niños salvajes de Whitman, donde hablan grandes voces con sentido de dulzura y sublimidad, donde esté la gran nueva visión, la gran vista del mundo, la alta canción profética de la inmensa tierra, y todo lo que canta en ella y nuestras relaciones con ella, poetas, desciendan a la calle del mundo una vez más y abran sus mentes y ojos con el viejo deleite visual, la poesía ha muerto, larga vida a la poesía con ojos terribles y fuerza de búfalo. No esperen la revolución o sucederá sin ustedes, paren de murmurar y hablen con una nueva poesía bien abierta, con una nueva ‘superficie pública’ común y sensual, con otros niveles subjetivos u otros niveles subversivos, un diapasón en el oído interno para golpear bajo la superficie. De su propio dulce ser aún canta, todavía pronuncia ‘la palabra en masa’, poesía, el carril común para el transporte del público a lugares más elevados que otras ruedas que pueden transportar. La poesía aún cae desde los cielos a nuestras calles todavía abiertas. Ellos no han puesto aún las barricadas, las calles aún vivas con rostros, hombres y mujeres adorables aún caminando allí, aún criaturas adorables en todas partes, en los ojos de todos los secretos de todos los que están enterrados allí, los niños salvajes de Whitman aún duermen allí, despierten y caminen al aire libre.

 

traducción: HM

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