Manejando un auto de cartón sin licencia

Conduciendo un auto de cartón sin licencia, en el giro del siglo, mi padre corrió a mi madre en una divertida carrera en Coney Island, habiéndose espiado el uno al otro comiendo en una pensión francesa cercana, y habiendo decidido justo ahí y entonces que ella era enteramente adecuada para él, él la siguió en la tierra de juego de aquella tarde, donde el precipitado encuentro de su carne efímera en ruedas los hizo chocar para siempre juntos.

Y ahora yo en el asiento trasero de su eternidad alcanzándolos para abrazarlos.

traducción: HM

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