Líneas a un don
Remoto e ineficaz don, que se atrevió a atacar a mi Chesterton, con aquella pobre arma, medio impulsada, ignorante, frágil, difícilmente sostenida, que no merece una inclinación con hombres, tu temblorosa y corroída pluma, Don, pobre en la cama y peor en la mesa, Don pellizcó, Don se murió de hambre, Don miserable, Don tartamudeante, Don con ojos errabundos, Don nervioso, Don de crudezas, Don clerical, Don ordinario, Don auto-absorbido y solitario, Don aquí y allá, Don epiléptico, Don hinchado y vacío, Don dispéptico, Don clase media, Don sicofántico, Don torpe, Don bruto, Don pedante, Don hipócrita, Don malo, Don furtivo, Don tres cuartos loco, Don (desde que un hombre debe hacer y terminar), Don, que nunca será mi amigo.
¡Don, diferente de aquellos Dones regios!, con corazones de oro y pulmones de bronce, que gritan y estallan y rugen y berrean el absoluto a través del salón, o navegan en un vestido de amplio pecho enorme a través de la ciudad sagrada, cargando desde el colegio a sus hogares profundas cargas de tomos gigantescos, ¡admirables Dones! ¡Dones de poder! Elevándose en mi visión interior compacta de cuentos antiguos,
y se presentan y duermen, y aprenden de una clase. Dones ingleses, que merecen la tierra, dones arraigados, dones que comprenden. Buenos dones perpetuos que permanecen un punto de referencia, albañilería en el llano, el horizonte de mis recuerdos como árboles grandes y confortables.
Don, muy apartado de estos, tú, chivo expiatorio, tú, Don devoto, Don, a tí nuestra condena pronunciada, perplejos de encontrar tu nombre trivial erigido en mi verso para vergüenza duradera. Don espantoso, Don áspero y cansador, repulsivo Don, Don pasada toda carga. Don del frío y aliento dubitativo, Don despreciable, Don de muerte, Don asqueroso, mezquino, silencioso, plano, Don maligno, Don que sirve al diablo. Don horrible, eso hace cincuenta líneas. Hay un cañón que confina un curso octosilábico rimado si escrito en verso yámbico a cincuenta líneas. Yo jamás corto, por mucho prefiero terminarlo, pero créanme, regresaré pronto. Mis fuegos están en la pendiente, pero aún ellos arden para escribir algo más sobre el Don que se atrevió a atacar a mi Chesterton.
traducción: HM