Clínicas de salud mental inglesas prescriben ketamina para la depresión

La están ofreciendo al menos seis clínicas inglesas, a pesar de las advertencias de expertos que lo aprecian como un potencial riesgo de generar un “salvaje oeste” de proveedores, sin registros ni controles formales, integrados al sistema de salud. En marzo pasado se abrió el primer servicio de psicoterapia en Bristol, que acompañaba a la droga en bajas dosis con una terapia conversacional, a unas 6.000 libras esterlinas por mes. Está claro que el target de semejante tratamiento apunta a millonarios deprimidos.

Sin embargo, especialistas en drogas consideran que se ha creado un sistema de doble carril, con la mayoría de los pacientes del país imposibilitados de solventarlo. Y a la vez, muchos drogadictos van de shopping al “médico”, acuden a recibir la dosis un día pero nadie se hace cargo de si podrá obtener la droga al día siguiente, en lo que sería una auténtica tortura para los adictos y deprimidos en serio, que hay muchísimos en la nación brexitada. Paralelamente, el sistema nacional de salud no ha brindado informes sobre sus prácticas en prescripción de antidepresivos desde el año 2009.

La ketamina tiene la reputación de ser una droga para fiesta por sus efectos disociativos de corto plazo, pero se la utiliza como un anestésico. En casos de abuso, la droga puede ocasionar problemas de largo plazo como úlceras, o afectaciones de vejiga y riñón. Y a quienes se muestren resistentes a otras poderosas drogas, como el clonazepam, se les da este famoso “matacaballos”, tal como lo bautizan los psiquiatras de pacotilla. Los promotores del tratamiento, dicen que en términos costo/beneficios es una maravilla..

Según calculó el doctor Allan Young, director de una clínica de Maudsley, en el sur londinense, más del 30% de las personas diagnosticadas con depresión (3 millones en el Reino Unido) no responden a determinadas drogas. El nos contó: “Aquí el sistema es muy enrevesado, lo privado se mezcla con lo público y se pierden las referencias de los tratamientos psiquiátricos. Se confunden las historias clínicas y la farmacologización avanza a pasos agigantados. Si algo falta es equidad en la distribución. La mejor ketamina la monopolizan los millonarios y funcionarios públicos. Los productores no estarían satisfaciendo la elevada demanda, y terminan fabricando droga casera que aniquila neuronas y pudre el corazón”.

Como tuvimos la oportunidad de atestiguar durante la pandemia, los laboratorios suelen embarrar las cosas y suscitar múltiples controversias. Los científicos que conforman el equipo del doctor Young aseveran que bebida como infusión, la ketamina es bárbara y brinda resultados notables en cuadros depresivos típicos de la desquiciada sociedad contemporánea.

El investigador en psicodelia del Imperial College, David Nutt, dijo que aún hay resistencias a prescribir ketamina en algunos facultativos fieles a su juramento hipocrático. “No se dan cuenta de lo importante que es contrarrestar la depresión, aunque sea en dosis mínimas y controladas. Avizoro que en el futuro –si el calentamiento global no nos hace arder en el infierno- que va a ser la droga de cabecera de la humanidad”. Por su parte, el doctor Paul Keedwell, de la universidad de Cardiff, dijo que el tratamiento de ketamina es excitante, pero merece un seguimiento pormenorizado de las locuras de los pacientes.

De la ketamina se deriva la esketamiena, droga aprobada en Estados Unidos, donde Johnson&Johnson la comercializa en formato de spray nasal, llamada Spravato. Los usuarios y amantes de armas de fuego y delirantes racistas lo consumen a mansalva y se encuentran de parabienes.

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