Una expulsión pacífica

Drama personal.
Mountwave: Un político
Hardhand: Un trabajador
Tok Bak: Un chino

Satán: Un amigo del político
Coro de votantes extranjeros
Mountwave: Mi amigo, ruego que prestes tus oídos (sé que a ti es pedirte una gran cosa) mientras yo para nombrar tu instrucción, algunos ciertos errores que sufres. Hombres como tú son imperfectamente sensibles a todas las miserias que realmente sienten. Entonces, la Providencia prudentemente ha levantado hombres claros de visión como yo para diagnosticar sus casos e informarles dónde están heridos. He hecho de las heridas de trabajadores honestos una especialidad, y probando que son mi negocio.
Hardhand: Bueno, señor, suponga que deje que su ojo del más jefe campee sobre mi parte moral un rato, luego usted sólo toma mi sufrimiento y me dice cuál es ahora el lío de moda que retuerce el meneo más hinchado.
Mountwave: Bueno, mi muchacho, es plano como lo es la larga, conspicua nariz, transportada ponderada y pendular entre los notables cuernos de elefante. (Entra Tok Bak.) La competencia china es lo que le duele.

Ambos (cantando): ¡Oh, cola de cerdo celestial, oh, bárbaro bestial, abominable chino! Prójimo simiesco, primitivo hombre amarillo, devoto del Cáucaso! Máquina de zapato y cigarro, eres margarina y nosotros somos manteca, somos gordura de la tierra, sal de la tierra, fuimos planeados a imagen de Dios, ¡nobles de nacimiento!
Tú, al contrario, fuiste moldeado sobre muchas líneas diferentes, exhibes tu raza inferior de modo conspicuo, bajo y ridículo. Apología mísera, vergüenza de etnología, ¡monstruo indeciblemente bajo! Apto para ser golpeado en el trasero, ser boicoteado. ¡Vamos, esfúmate estúpido, vete!
Tok Bak: ¡Escúchenme! Ustedes baten el gran tambor y me dicen que me vaya al Reino por Venir. Todos ustedes están muy locos. Ustedes, montón de chinos. ¡Hablándome como mi barato vientre lavado. (Entra Satán).
Me condujeron por todos los condados del camino, ¿por qué no me llevan a San Francisco, eh?
Satán: Pensé que había escuchado un murmullo de lenguas sonando a través del techo de la tierra vacía, como si fueran anti-culis, ¡ja!, amigos, bien encontrados. Ven que conservo mi anciana palabra: donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en el medio.
Mountwave: ¡Oh, monstruoso ladrón! Citar las palabras de Shakespeare como tuyas. Conozco su trabajo.
Hardhand: ¿Quién es Shakespeare?, ¿cuál es su negocio? ¡He escuchado sobre la obra de aquel tonto hasta enfermarme!
Tok Bak: Ve a la escuela soleada, sabrás más de la biblia. Deja el habla de rezo infernal. Cuanta la historia de Abel que vivió tan barato. Quizá el estaba todo el tiempo en su almuerzo, sin beber, ninguna diversión, ninguna procesión para juntar votos, ningún envío de dinero fuera del condado, para ayudar a los irlandeses. Caín lo mató. Dios lo atrapó y se puso muy loco. Dice: ‘Todos los americanos boicotean a Caín’. No lo hagas tú, no reces aquello: todos ustedes son la misma mentira.
Mountwave: Este tipo debe ser expulsado (Maneja la pistola.).
Mountwave, Hardhand, Satán (cantando): ¡Expulsión al chino, hurra! Por acoso y asesinato, ¡saludemos todos!
Afuera con tu justicia y ley, haremos que cada pagano gire su cola.
Coro de votantes extranjeros: ¡Por Dios! Por este tipo de mundo, aquel chino fue lanzado al infierno, aquel diablo dice: ‘¿Ey, la guerra es su permiso de retorno? ¡Habrá que sacudir al recluta porque aquél jamás ha estado afuera!
Hardhand: Demasiadas cocinas están trabajando en este hermano, pienso, por el trueno, ¡será mayormente espuma! Estoy maldito si puedo ser inteligente, actualizado, qué bien le ha hecho al Estado esta secreta locura.
Mountwave: La ventaja del Estado, señor, no puedo verla, pero piense lo bueno que es para mí.
Satán: Y para mí.
(Cortina)

 

traducción: Hugo Müller

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