Poema
Y si nevaba y la nieve cubría el volante él tomaba una espada y la lanzaba a un lado.
Y siempre arropaba a su hija a la noche y la sacudía la vez que mentía.
Y cada semana él daba de propina la mitad de su salario.
Y lo que él no gastaba cada semana lo ahorraba.
Y alababa a su esposa por cada comida que hacía.
Y una vez, por reírse, la golpeó en la cara.
Y para su mamá contrató a una enfermera privada, y cada domingo la llevaba en taxi a la iglesia.
Y él se babeaba cada vez que ella iba de mal en peor.
Y dos veces sacó diez libras de su monedero.
Aquí es cómo lo calificaron cuando miraban hacia atrás: a veces hacía esto, a veces hacía aquello.
traducción: Hugo Müller