Lo Duro

Aquí en lo Duro, eres bienvenido a levantar y permanecer, hay una tarifa plana de una libra por estacionar todo el día.

Y paseando sobre las dunas, que no morirán para la vista: un infinito estado de playa, el mar apartado de la bahía por la maldita pared del cielo.

Advierte la señal, con detalles de las mareas altas del año pasado.
Camina, dirigido al naufragio, un espejismo de mástiles a una milla, parece real e intacto aunque hundido para servir como target, y fijado por los párpados contemplando desde pájaros ocultos alineados en la costa.
El vasto, lavado por el clima y sin rincones estado de nuestra mente comienza en lo Duro, la Corona reclama a la orilla entre la marea baja y tierra seca, el país de arena, pero la luna es ley. Toma lo que viniste a encontrar aquí.

Extranjero, el ticket para comprar por una libra permanece cerrado en el auto, como una mariposa atrapada bajo el césped, estampada con el tiempo, nos dice cómo te llevas, cómo eres transportado ahora, cuán profundo y cuán lejos.

 

traducción: Hugo Müller

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