La noche de tu nacimiento

Mi más querida, era una noche que en su oscuridad conmovía las estrellas de Orión, un viento susurrante corría fantasmalmente blanco por los sauces, y las arboledas de cedro desplegaban sus amplias manos en cautelosa paz a través del silencio estrellado en su antiguo musgo: ningún sonido salvo el precipitado aire frío, aún toda dulce con la primavera, y en brazos de tu madre, acostada llorando allí, tú, cosa adorable.

 

traducción: Hugo Müller

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