Noche en los jardines de Puerto España
Noche, el negro verano simplifica su olfato en una ciudad, ella asume el impenetrable almizcle del negro, crece secreto como el sudor, sus olorosos callejones con conchas de ostras despojadas, carbones de naranjas doradas, braseros de melón. El comercio y panderetas aumentan su calor. Fuego infernal o la casa de putas: cruzando Park Street, una cresta de ola de rostros de marineros se va con la fosforescencia del mar, las boites nocturnas tintinean como luciérnagas su grueso cabello. Cegada por faros, sorda por las bocinas de los taxis, ella levanta su rostro de la llamarada del aceite de brea barata, como ciudades titilando neón, ardiendo para ser la puta en la que debe convertirse.
Cuando la luz del día rompe el changarín gira su carreta de cocos contrabandeados, descabezados, hacia casa.
traducción: Hugo Müller