Trabajo y diversión
Cada día que vivo agradezco al Señor hacer el trabajo que amo,
y en él hallo rica recompensa, por sobre todo precio y elogio.
Porque pocos hacen el trabajo que aman, el querido único empleo
que se ajusta a ellos como una mano a un guante, y les da felicidad.
Oh, gente de pueblo, ¿son ustedes quienes trabajan por un salario diario?,
¿consideran que el trabajo que hacen es deseado por sus corazones?
Sí, aunque estén resignados a él, y no eludan su responsabilidad,
oh, ¿en lo privado de sus mentes adoran su trabajo?
Doblemente feliz el hombre cuyo trabajo es divertido, cuyas mano y corazón combinan
en un feliz y excelente empleo, ¡tan radiante como el mío!
Pero oh, el cansador, monótono día, el desgaste y el fastidio
de incontables almas que no pueden decir: ‘Yo amo mi trabajo’.
traducción: Hugo Müller