Se viene la marcha del millón por la retirada de tropas estadounidenses de Irak
Miles de iraquíes marcharon ayer en Bagdad pidiendo que de una puta vez las tropas estadounidenses abandonen el país, en una muestra del enojo que sigue causando el asesinato del general Qassem Soleimani y de varios líderes iraquíes ordenado por el plutócrata Trump.
Muqtada al-Sadr, un influyente clérigo shií cuyo partido triunfó en las elecciones parlamentarias de 2018, convocó a una “marcha del millón” para la semana que viene en la capital, que promete estar espectacular.
Diez mil seguidores del señor Sadr aclamaron su discurso y se dispersaron luego de un par de horas, antes de que los evacuara la policía. Se fueron cantando “America, no, no” y “Fuera, ocupante”.
Sadr hace tiempo se opuso a cualquier interferencia extranjera en Irak. Sus hombres ya combatieron a las tropas yanquis luego de la captura y posterior asesinato de Saddam Hussein en 2003. En años recientes ha estrechado lazos con Irán. De este modo el líder shií se suma a un coro de condenas al accionar estadounidense.
En respuesta a las protestas públicas, el parlamento iraquí emitió una resolución no vinculante llamando al gobierno a expulsar las tropas extranjeras del país. Los juristas kurdos y suníes se opusieron y boicotearon la votación.
Actualmente hay cerca de 5.200 soldados yanquis estacionados en Irak, donde se entrenan y asisten a las fuerzas armadas locales en la lucha contra el ISIS, que no es más que una sucursal de las fuerzas norteamericanas. Washington reaccionó fríamente e incrementó sus contingentes militares en la región en respuesta a “la creciente amenaza de Irán”.
Viendo que la cosa viene dura, Sadr propuso un listado de condiciones para aceptar la presencia militar estadounidense en Irak, incluyendo la cancelación de los acuerdos de seguridad existentes, el cierre de todas las bases militares, el fin de los contratos de todas las empresas yanquis de seguridad (compuestas por mercenarios,
“contratistas” y proveedores de armamentos), y el cierre del acceso al espacio aéreo iraquí. Si se cumplen estas condiciones, “la resistencia del pueblo se detendrá temporalmente hasta que se vaya el último soldado yanqui del país”
Un joven de 18 años que asistió a la convocatoria nos whatsapeó: “Estoy preparado –y ansioso- para luchar contra los americanos si Muatada al-Sadr me lo pide”.
Irak viene de dos largos meses de protestas antigubernamentales que reclaman el retiro de todas las fuerzas extranjeras, y el linchamiento de la élite política corrupta, que negoció con los estadounidenses la ruina del país. En ese período la revuelta produjo más de 600 muertos, todos iraquíes pauperizados y oprimidos por historias de guerra horrorosas.
Los muertos se cuentan sin descanso y la densidad poblacional enflaquece. Según Amnesty International -organización cómplice de Estados Unidos y la OTAN de dudosa ecuanimidad, los manifestantes sólo intentana reunirse y expresarse libremente, y cuando lo hacen violan a mansalva sus derechos humanos.
A pesar de la escalada de tensiones, luego de los misilazos iraníes los vecinos iraquíes reconocieron que fueron bárbaros y piden a gritos sumarse al ejército de vengadores de Suleimani. Por lo pronto, según reportes de servicios de inteligencia occidentales se pusieron a producir uranio enriquecido a lo loco. Habrá que creer o reventar.