Se reúnen los principales terroristas mundiales en Colombia

“III Conferencia Ministerial Hemisférica de Lucha contra el Terrorismo”, es el sonoro nombre con el que se ha denominado la reunión que llevan a cabo en Bogotá y a la cual asisten, entre otros, Mike Pompeo, Secretario de Estado de Estados Unidos, y Juan Guaidó, expresidente de la asamblea nacional de Venezuela y autodenominado “Presidente Interino”.

Luego de dos ediciones, la primera realizada en Washington y la Segunda en Buenos Aires, se espera la llegada de representantes de los gobiernos de algunos de los países de América, entre los cuales encontramos a Brasil, Chile, Ecuador y Colombia.

¿Cuáles son los objetivos de la conferencia?

En entrevista para El tiempo, la canciller Claudia Blum se refirió así sobre los objetivos de la reunión: “Abordaremos la relación del terrorismo internacional con distintas formas de delincuencia organizada transnacional, examinaremos los logros y retos en la implementación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra el Terrorismo y de otros acuerdos internacionales en este campo, y analizaremos propuestas y estrategias para tener más eficacia en la prevención y cooperación entre los países –para enfrentar el terrorismo y sus formas de financiación».

Sin embargo, a nivel internacional no existe, consensuada, una definición de terrorismo y más bien este concepto se usa en función de objetivos políticos. Por ejemplo, para las fuerzas rusas, el frente Al Nusra en Siria es una fuerza terrorista, pero para Estados Unidos estas fuerzas son “oposición moderada” que lucha contra el “régimen” de Bashar Al Asad.

Para el caso de esta “conferencia ministerial”, los citantes pretenden revisar la aplicación de la resolución 1.373 de la ONU, que básicamente permite embargos, sanciones y bloqueos contra países “auspiciadores” o “financiadores” de grupos terroristas. Directamente es un esfuerzo por agobiar, aún más, las naciones que no se han plegado a los designios imperialistas de Estados Unidos y más concretamente a Venezuela y Cuba.

Ilustres participantes, verdaderos terroristas

Estados Unidos, país terrorista, quien premeditada y continuadamente crea terror en los países de Medio Oriente, Africa, Asia y América Latina (por no mencionar Oceanía), responsable de las invasiones a Irak, Afganistán, Siria, Somalia, etc. y crímenes de lesa humanidad cometidos por paramilitares encubiertos como contratistas.

Argentina, estado tomado por las multinacionales de la industria alimentaria, pionero en la implementación del fracking y, en el gobierno de Macri, terrorista económico, difundiendo el miedo, hambre y represión a la población .

Chile, Ecuador y Brasil, los primeros con decenas de muertos en la represión a movilizaciones populares, atornillados al poder con el fusil y el gas lacrimógeno contra las clases populares, con popularidad mínima (Piñera) y casos de violación a los derechos humanos, estupros, mutilaciones y agresiones. Y Bolsonaro con un gobierno de corte fascista, opresor de minorías sexuales, mujeres, indígenas y negros y que con su terrorismo estatal pone en riesgo la Amazonía acelerando la debacle ambiental mundial.

La participación de Guaidó es un escupitajo a la cara de los países democráticos, el autodenominado presidente y expresidente de la asamblea nacional, que ha dilapidado, robado y malversado los fondos de la “ayuda” internacional para Venezuela y quien en su paso anterior a Colombia (violando las restricciones que tiene en su país y las leyes colombianas), se entrevistó, hizo acuerdos y posó con narcoparamilitares colombianos de Los Rastrojos es, mínimamente, un terrorista internacional.

Colombia, patio trasero para atacar la autonomía y determinación de los pueblos

Como escenario de esta mentirosa cumbre encontramos al gobierno colombiano de uribistas, ultraderechistas, con unas fuerzas militares que interceptan ilegalmente, masacran civiles para “aumentar” las “bajas” a las fuerzas insurgentes, hacen pactos con paramilitares, los arman y visten y se relacionan con los narcos.

Un país que ganó el reconocimiento como el más corrupto del mundo, con un partido de gobierno con su máximo líder imputado y con 200 investigaciones encima por masacres, y crímenes variados. Una oligarquía que ha matado en el 2020 un líder social cada 18 horas.

En Colombia no está sesionando la Conferencia de lucha contra el terrorismo, en Colombia se está configurando un concierto para delinquir, una asociación ilícita de terroristas para atacar a los países soberanos.

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