Mi joven muchacho
“¿Dónde vas, mi joven muchacho, en esta brillante mañana de mayo?»
«Me voy a encontrar con la bandera, papá, dicen que están buscando hombres”.
“Pero tú eres sólo un muchacho, mi joven compañero, no estás obligado a ir”.
“Tengo diecisiete y un cuarto, papá, y siempre tan fuerte, tú sabes”.
* * * *
«Entonces te vas a Francia, mi joven muchacho, y te ves tan fuerte y brillante”.
“Estoy terriblemente apenado de dejarte, papá, pero siento que estoy haciendo lo correcto”.
«Dios te bendiga y proteja, mi joven muchacho, eres todo para mí, lo sabes”.
“No te preocupes, pronto regresaré, querido padre, y estoy terriblemente orgulloso de ir”.
* * * *
«¿Por qué no escribes, mi joven muchacho? Reviso el correo todos los días,
y te extraño tanto, y estoy terriblemente triste, y ya pasaron meses desde que partiste.
Y encendí el fuego en el salón iluminado, y lo mantengo ardiendo brillante hasta que mi muchacho regrese a casa, y aquí estoy sentado en la quietud de la noche”.
* * * *
«¿Cuál es el problema, mi joven muchacho? Hoy nuevamente ninguna carta tuya.
¿Por qué el cartero se ve tan triste, y suspira mientras se da vuelta?
Les escuché decir que hemos ganado nuevo territorio, pero que hemos pagado un precio terrible: Dios conceda, mi muchacho, que estés sano y a salvo, pero oh, tengo miedo, miedo”.
* * * *
«Me han contado la verdad, mi joven muchacho: nunca regresarás
(¡Oh Dios! Los sueños y desvelos que tuve, ¡y las esperanzas que albergué en vano!)
porque te fuiste en la noche, mi joven muchacho,
y en la cruel prueba de las bombas aullando y la batalla infernal mi muchacho fue uno de los mejores.
Entonces vivirás, vivirás, mi joven muchacho, en el destello de la estrella del atardecer,
en las notas salvajes y la risa de los niños, en todas las dulces cosas existentes.
Y nunca morirás, mi maravilloso muchacho, mientras la vida sea noble y verdadera,
porque toda nuestra belleza, esperanza y alegría se la debemos a muchachos como tú”.
traducción: Hugo Müller