Cumpleaños
Tengamos cumpleaños cada día (tuve el pensamiento mientras me estaba afeitando)
porque un cumpleaños debería ser alegre, y lleno de gracia y buen comportamiento.
No podemos tener tortas y velas brillantes, y los presentes están más allá de nuestra ceremonia,
pero dejemos que nos acaricie con deleite el modo del cumpleaños de vivir amorosamente.
Porque ya he superado los setenta y no puedo contar con mis dedos los años que espero compartir con los hombres (aunque por gracia de Dios uno a menudo permanece).
Así en los veranos que me queden, porque estoy bendecido más allá de mi mérito,
espero con gratitud y alegría brillar con el espíritu de cumpleaños.
Déjenme informarme cada día quién es el más orgulloso en la lista natal,
si Washington o Henry Clay, o Eugene Field o Stephen Foster.
Oh, montones de gente famosa que encontraré que sobrepasan mi colocación,
e inclinado y agradecido celebraré sus cumpleaños.
Porque oh, conozco el brillo animado de regocijarse del aniversario,
déjenme reflejar su resplandor, así expreso mi agradecimiento diario.
Y aunque esté encorvado y canoso déjenme con risa hacer alegre el hogar,
porque junto a los dioses podré salvarme cada año de escuchar: “papá, feliz cumpleaños».
traducción: Hugo Müller