Varios soldados yanquis muertos en una emboscada en Afganistán
Un número indeterminado de soldados estadounidenses han muerto este lunes “en acción” en Afganistán, según anunció el vocero del ejército imperial, sin ofrecer más detalles, a los que accedió en exclusiva nuestro corresponsal de guerra en la región. Los talibanes reivindicaron el ataque enviando un comunicado a la agencia francesa de noticias AFP por mensajería WhatsApp. Explican que “hicieron estallar un vehículo estadounidense en el distrito Char Dara de Kunduz” de la capital afgana. Algunos medios reportan que este atentado, además de cobrarse la vida de los citados militares, ha causado varios heridos entre los soldados, tanto estadounidenses como afganos.
El convoy fue atacado en una ruta desértica y los militares no se explican de dónde salieron los combatientes locales. Lo cierto es que luego de darle con un misilazo al convoy, los combatientes -fervientes creyentes en Alá-, se acercaron para observar los daños ocasionados por su arma de fabricación rusa, y escudriñar los sanguinolentos despojos de los invasores. Luego de apoderarse de sus armas y sus dispositivos electrónicos, los talibanes procedieron a rebanar los cuerpos en pedazos con una motosierra a pilas, para luego ofrendar una parte a su Dios y la otra a los miles de niños huérfanos y hambrientos que pululan en las aldeas de todo el país, ya casi controlado en su totalidad por los insurgentes.
Hartos de las promesas de paz y democracia de Obama y ahora de Trump, para fortalecerse en el proceso negociador los talibanes decidieron proceder y hacer lo que cualquier afgano de bien haría, repeler y aniquilar a los asquerosos invasores occidentales. Estas muertes se producen, precisamente, en un momento en que Washington intentaba alcanzar un acuerdo sobre la retirada de las fuerzas estadounidenses desplegadas en el país asiático.
En septiembre el magnate emperador, Donald Trump, suspendió los diálogos para la evacuación de sus tropas, después de un atentado en Kabul perpetrado por los insurgentes de Talibán. Entonces el incidente causó 12 muertos, entre ellos un soldado yanki. Las cosas amenazan con ponerse peor para los guerreros imperiales, que van a seguir retornando en tumbas envueltas en la bandera estadounidense, o con distintas discapacidades y adicciones, sumergidos en la locura absoluta de una guerra injusta y sinsentido, como todas las que acometió Estados Unidos luego del célebre 11-S.