Si tuvieras un amigo

Si tuvieras un amigo fuerte, simple, sincero, que conozca tus defectos y los comprenda,

que cree en lo mejor de ti, y que te cuidaría como lo haría un padre,

que se quedaría junto a ti hasta el mismo final,

que sonreiría aunque el mundo frunza el ceño:

estoy seguro de que intentarías complacer a tu amigo, nunca pensarías en derrubarlo.

Y suponiendo que tu amigo es alto y grandioso, y que vive en un rico y alto palacio,

y se sienta como un rey en brillante estado, y su alabanza está alta en los labios de todos,

bueno, entonces, cuando él se dirija sólo a ti, y te singularice de toda la multitud,

y te llame a su trono dorado, oh, ¿no estarías felizmente orgulloso?
Si has tenido un amigo como éste, digo, tan dulce y cariñoso,

tan fuerte y leal, intentarías complacerlo en cada cosa, vivirías a tu mayor valentía,

ahora, ¿no lo harías? Su valor brillaría en las palabras que escribes, gritarías sus elogios…

¡Aún ahora es extraño! Me has dicho que no tienes un amigo como éste, ¿no lo tienes?

Me pregunto… ¿Qué de Dios?

 

traducción: Hugo Müller

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