Ladrón de banco
Admiro mucho, debo admitirlo, al hombre que roba a un banco,
requiere un montón de agallas y aguante, de cuya carencia agradezco a los dioses:
me hubiesen hecho un tipo al que no invitarían a tomar el té.
No me refiero a un ladrón que se trepa a una casa,
recorriendo cuarto por cuarto con su linterna, tan silencioso como un ratón,
ah no, en el crimen no calificaría con quien roba a un banco.
A quien parece que no le importa un alarido por el peligro a su altura,
que maneja lo que es conocido como ‘sopa’, y salta sobre dinamita:
ante un tipo que puedo hacer esto me quito el sombrero.
Pienso que es el tipo de material a ser un hombre poderoso en el campo de batalla,
sí, lo suficiente valiente para ganar y levantar a alto comando la Cruz Victoriana,
un héroe en la tierra.
¡Qué General con toda su fachenda tiene suficientes agallas para robar un banco!
traducción: Hugo Müller