Inocencia
La altura de la sabiduría me parece a mí la de un niño,
así dejen que mi visión del envejecimiento sea serena y suave.
Lo profundo de la locura, declaro, es pescar en la profundidad
de la oscura pileta de la ciencia donde duermen los demonios de la verdad.
No permitan que sea un sabio barbado viendo demasiado claro,
en lanzamientos de la era atómica, me temo, está la condena del hombre.
Para mí está bien que vivir sea un espectáculo,
lo que subyace detrás no lo sé, y no me importa.
Los pueblos de la tierra son acechados por temores espantosos y un futuro enfermo,
déjenme, como el radiante río de la pradera, ser ignorante.
Sí, aunque en la escuela haya sido un burro penoso, Señor,
¡maravillosamente ház de mí tu Loco Feliz!
traducción: Hugo Müller