Fidel Castro y Che Guevara, más vivos que nunca

En la revolución del 1 de enero de 1959 y las luchas por las causas justas de los pueblos latinoamericanos y del mundo Fidel Castro vive, afirmó hoy aquí la Asociación Francesa Cuba Linda.

‘Tres años después de la partida física de Fidel y pese a los buitres que esperaban que con él desapareciera la revolución socialista, las posiciones de Cuba siguen siendo claras, al lado de los pueblos por su bienestar, soberanía y autodeterminación y denunciando el imperialismo, sus guerras sucias y maniobras injerencistas’, precisó a Prensa Latina Rose-Marie Lou, la encargada política de la asociación.

A nombre de la entidad creada en 1998 para impulsar los vínculos entre Francia y la isla, la activista insistió en el legado del líder histórico de la revolución y en su presencia inspiradora en los habitantes de la mayor de las Antillas.

“Recordamos el compromiso del pueblo cubano de continuar la obra de Fidel Castro, de dignidad y solidaridad con los demás pueblos del mundo, una obra inmensa que avanza y se multiplica frente a los ataques y las calumnias difundidas por medios de comunicación”, subrayó.

Lou resaltó la resistencia de los cubanos ante el bloqueo criminal que intenta ahogarlos. “Cuba sigue de pie como un faro para los pueblos del mundo, y su gente, junto al gobierno encabezado por Miguel Díaz-Canel, continúa con afán y compromiso el camino trazado por Fidel”, expuso.

La Cuba Linda reiteró su respaldo a la revolución y el ‘orgullo de estar a su lado y seguir en combate para denunciar las mentiras occidentales y lograr el levantamiento del bloqueo ilegal y genocida’.

«Como afirmamos a principios de noviembre junto a los 1.500 participantes en el encuentro antiimperialista de La Habana: Fidel vive, la lucha sigue», afirmó Lou.

En cuanto al Che, la situación en Bolivia da cuenta de que su visión estratégica no estaba equivocada. Tampoco se tomó como enseñanza de su fatal destino que los bolivianos socialistas son esencialmente traidores, capaces de cambiar su parecer y convertirse en mercenarios por la bicoca de 50.000 dólares. Esa es la cifra que el renunciante Evo Morales atribuyó al precio que habían puesto por su cabeza los golpistas racistas apoyados por los yanquis que asaltaron el poder. Ahora el país vuelve a estar militarizado y su soberanía entregada a Estados Unidos, y recientemente, el gobierno de facto anunció su proyecto de tercerizar la seguridad interior en el país y dejarla a cargo de un grupo de mercenarios estadounidenses y, como principal aliado, el Estado de Israel.

El Che sabía que Bolivia era un territorio, central, clave y nuclear desde el cual expandir una revolución, o varios “Vietnams”, y transformar la historia de coloniaje y avasallamiento que vivieron los pueblos de América Latina durante todo el siglo XX, con sus débiles democracias y sus golpes de estado promocionados, planificados y ejecutados por Washington. En el siglo XXI los golpes de estado se sofisticaron, y el estado de derecho es una quimera absoluta, viviendo casi todos los países crisis agudísimas inducidas por el imperio yanqui en decadencia. La falta de agallas, coraje y estímulo para zafar de las garras imperiales es una tendencia fuerte entre las clases medias y bajas que sólo deja horizontes sombríos en todos los países (excepto en Chile y Colombia, donde los procesos parecen ser verdaderamente transformadores, y protorrevolucionarios). El epicentro del mal, el huevo de la serpiente están en Bolivia, donde la impunidad y el carácter genocida del gobierno de facto es preocupante y debe ser abortado o combatido, no con palabras, sino con guerrilleros dispuestos a dar su vida por la patria. Son enemigos y asesinos del pueblo, y como tales se los debe tratar, se juega la vida en ello. ¡Hasta la victoria siempre!

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