Compensación Pete
El solía decir “No hay duda que la desgracia es una píldora amarga,
pero si sólo la fisgoneas descubrirás que hay un bien en cada enfermedad.
Hay confort en lo peor del dolor, hay consuelo en la derrota…”
¡Oh, que buscador de solaz! Así lo llamábamos a Compensación Pete.
El perdió su riqueza, ¿pero fue vencido? Pues no. “Está bien” solía decir él.
“Tengo al gobierno de plomo estafado, ya no más malditos impuestos que pagar.
Estoy libre del cuidado de una propiedad, y sin molestos lazos sociales, porque,
aún la pobreza puede ser una bendición en disfraz”.
El perdió su salud: «Okey» dijo él, “estoy en eso, tal vez sea lo mejor.
Siempre amé estar acostado en la cama, y ahora tengo el derecho a descansar.
Deseaba hacer tantas cosas, no tengo tiempo de preocuparme o meditar.
Leeré toda la maldita biblia: estimo que eso me hará completamente bien”.
El tenía ese brillo de sol que hace una bendición de una maldición, y él diría:
“No permito afligirme, aunque las cosas están mal podrían estar peor”.
Y así veneró hasta el final una filosofía tan sana y dulce que todos eran su amigo…
Con optimismo difícil de vencer Dios bendiga al viejo Compensation Pete.
traducción: Hugo Müller