En El Cerdo Dorado
Donde una vez con tipos me zampaba mi cerveza me casé con la muchacha del propietario.
Ahora soy amo y señor aquí, ¡gracias a Dios! el viejo murió.
Me paro detrás de un bar floreciente con el vientre como un tubo,
y los compañeros dicen, viendo mi cigarro: ‘Bill se casó con un pub’.
Me pregunto ahora si hice bien al perder mi libertad,
sabiendo que mi esposa es avispada como el infierno, me imagino cómo me va a chistar.
Oh, qué escándalo hizo porque retorcí al amigo de la camarera:
¡Compañeros!, fue lamentable el día que me casé con un pub.
Dueño gordo de El Cerdo Dorado, me llaman ahora ‘Señor’,
y me bebo varias jarras de cerveza, aún de algún modo no logro divertirme.
Entonces compañeros granjeros, flacos y sencillos, que sudan para ganarse su comida,
aunque no tengan una haba: no se casen con un pub.
traducción: Hugo Müller