Zelenskiy arregla sus asuntos con conferencias maratónicas
Desde que se reveló su última conversación telefónica con Trump, las noticias para el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy fueron cada vez peores. En pocas semanas, debió enfrentar protestas por su controversial acuerdo de paz con los “estados rebeldes”, recibió una visita del FMI carente de gracia y debió soportar la renuncia del miembro de gabinete más avispado y reformista.
Su administración decidió que lo que necesitaba era un gran gesto para recapturar su narrativa, que ha convertido a este actor –outsider de la política- a alcanzar más de un 70% de aprobación de la ciudadanía. Este gesto se produjo hoy, al sostener el presidente lo que oficialmente llamó conferencia de prensa “maratónica”, la cual duró más de 10 horas y contó con la concurrencia de 300 periodistas de todo el país. De todos modos, el evento se pareció más a una marcha forzada.
La conferencia se celebró en le mercado de frutos de Kiev, ubicado en una fábrica de armamentos reformada, donde se sentó ante una gran mesa con una publicidad que rezaba “ostras y espumantes”. El lugar fue cuidadosamente seleccionado para destacar la apertura de su gestión.
A las ocho horas de comenzado el evento, un hombre con una camisa con una insignia de “experto” le entregó a Zelenskiy el premio por haber alcanzado la conferencia de prensa de un mandatario más larga de la historia, superando el récord que ostentaba el líder bielorruso.
En el transcurso de la jornada, Zelenskiy manifestó a distintos periodistas que no había sido chantajeado por Trump en la llamada del 25 de julio, y que ignoraba que la ayuda estadounidense se habría retrasado desde entonces.
Un resumen de la llamada, confeccionado por la Casa Blanca, mostraba que Trump le solicitó a Zelenskiy investigar los negocios de su enemigo, Joe Biden, en Ucrania. Más aún, reclamó que un fiscal había sido despedido por entrometerse en la empresa donde trabaja el hijo de Biden. De los dichos de Trump no se han hallado aún evidencias.
Zelenskiy dijo que estaba listo para investigar el rol de Ucrania en las elecciones yanquis de 2016 si una corte estadounidense se lo pidiera. También dijo que debía asegurarse un encuentro con Trump, argumentando que las relaciones bilaterales estaban desgastadas, y que los yanquis quieren saber qué hemos hecho con el dinero que nos prestaron. De todos modos, el mensaje principal de Zelenskiy a los Estados Unidos fue: “no nos pongan esa responsabilidad, pregúntenle al chocolatero Poroshenko”.
Ante la insistencia de periodistas estadounidenses, el presidente ucraniano aclaró: “Elijan ustedes a su propio presidente”. Además, mantuvo una posición neutral ante el impeachment que amenaza a su colega Trump, contestándole a un fanfarrón reportero del New York Times: “De ser posible, les pedimos que no influyan en las elecciones de una Ucrania libre”.
Los periodistas disfrutaron de un ágape en el cual sirvieron distintas bebidas autóctonas, mientras algunos manifestantes le gritaban a Zelenskiy que era un pretencioso. La madre de una abogada ucraniana asesinada en 2015 le reclamó una investigación seria y justicia para su hija.
A lo largo de las horas que duró el cuestionario Zelenskiy esquivó consultas sobre su relación con el billonario Ihor Kolomoisky, y expresó que la meta principal de su presidencia es finalizar la guerra con las repúblicas separatistas del sudeste.
Según los especialistas en conferencias inútiles y soporíferas, la “maratón” de Zelenskiy adoptó un estilo putinesco, ágil en la evasión de preguntas punzantes y mordaz para desenmascarar a periodistas carentes de tacto e información. En efecto, Zelenskiy dijo que está gestionando un encuentro cara a cara con Putin para acordar la paz, lo que es visto con recelo en varios cenáculos políticos ucranianos.
“Nadie habla del encuentro porque todos están en contra, pero la reunión tenemos que hacerla si realmente queremos finalizar la guerra. De todos modos, aún no hay fechas tentativas en el horizonte” –añadió Zelenskiy.
El evento se planeó como una refutación a quienes acusan a la administración de Zelenskiy de ser opaca. En todo caso, su secretario de prensa, musculoso y paramilitar, requisó a todos los periodistas invitados.
Cuando le preguntaron por qué no publicaban las estadísticas de crímenes mafiosos, Zelenskiy le replicó al periodista que le gustaría saber primero por qué el principal financista de su publicación era un checo y no un ucraniano. “Siempre dije que la prensa debe ser independiente y ucraniana” –consideró el presidente. Pero el periodista insistió: “Pienso que es mejor que el dueño del medio sea un ciudadano europeo y no oligarcas corruptos”. Zelenskiy puso cara de pocos amigos, comió una ostra, tomó un poco de champán y remató el contrapunto: “Se ve que tiene conocimiento de que los dueños de los medios de comunicación –aquí y en todo el maldito mundo- reúnen las características de un oligarca corrupto”.