En el desfile

No puedo flamear una bandera o batir un tambor,

detrás de la chusma me retraso con la laringe lerda,

¡compañeros!, me temo que no soy un patriota.

Con ojos agrios veo el alma de las cosas,

y para mí son iguales reyes y cocineros,

no cruzaría la calle para encontrar un duque.
Oh, maldíganme como un loco por ser tan orgulloso,

para pararme tan quieto y frío en medio de la multitud.

¡Déjenme alentar al presidente o acechar a Dios!

Pero no, a pesar de la alegría mi corazón está frío,
pienso que debe ser porque soy viejo, estoy mudo donde millones gritan…

¡Oh, qué demonios!
 

traducción: Hugo Müller

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