Ladrón sensible
Seleccionando en el comedor la plata de su oportunidad,
el ladrón escuchó una voz femenina desde una oscura habitación.
Tan fría y amarga como un sapo ella escupió un nombre asqueroso,
así que mientras guardaba su botín se sonrojó de vergüenza.
‘¡Usted perro sucio!’ la escuchó decir, ‘huelo su hedor a whisky’.
Apuesto que van a gastar la mitad de su paga en una puta.
¡Váyanse de aquí, ustedes, patanes del demonio! Ustedes avergüenzan la raza humana.
¡Qué esposa compartiría su almohada con vuestro rostro repugnante!’
El ladrón derramó una lágrima, entonces se levantó la indignación,
y velozmente avanzó hacia su cama diciendo:
‘No soy nada de eso. Soy un conocedor del crimen y las felonías que planeo…
Pero de otro modo, créame, soy un Caballero’.
traducción: Hugo Müller