Estante de cuatro pies
‘Ven mira mi estante de cuatro pies,
una fila de cuarenta volúmenes, y cada uno lo escribí yo
pero eso, por supuesto, tú lo sabes’ dijo él.
Yo contemplé, busqué un recuerdo oscuro,
porque aunque también soy un autor, de algún modo nunca oí hablar de él,
no conozco ninguno de sus libros.
Yo dije: ‘Me gustaría tomar uno prestado, algo de memorias para recordar’.
El dijo: ‘Contento te daría alguno y puedo autografiarte todos’.
Y entonces trajo una docena de libros y firmó tomo tras tomo:
por supuesto le agradecí mucho y me los llevé a casa.
Así ahora tengo que leer su trabajo, aunque sea seco y polvoriento,
ni una porción de él debería eludir, a menos que él me lo cuestione.
Este cuento es verdadero aunque me parece una maldita vergüenza,
un tipo puede ser el padre de cuarenta libros, y aún así nadie conoce su nombre.
traducción: Hugo Müller