Duelo
Un francés y un inglés resolvieron batirse a duelo,
y propusieron un plan salvaje porque su odio era cruel.
Cada uno podía hacer un solo disparo en un cuarto en completa oscuridad
y quién sería muerto y quién no dependería de dedos nerviosos.
El cuarto estaba desnudo y oscuro como la muerte,
y cada feroz luchador podía oír el odioso aliento de su oponente y agarrar su pistola más firme.
El francés disparó, la bala susurró en su destructiva misión…
“¡Gracias a Dios!» dijo John Bull. «Erró». El francés gritó: “¡Perdición!”.
Entonces como un hechizo se hizo un silencio, y mientras el británico buscaba replicar
se preguntaba a dónde demonios se había metido su enemigo galo.
Y entonces pensó: “Mostraré clemencia, dado que el infierno es un lugar horrible
para enviar a un tipo, y entonces dispararé a través de la chimenea”.
Así hacia la chimenea dejó volar su tiro, con la gracia de un secuaz galante,
¡cuando oh!, un súbito grito, y allí aplastado el francés…
Pero si cuentas esta historia en Francia, aunque sus venas sean asustadizas,
pienso que sería tan bueno hacer de tu francés un británico.
traducción: Hugo Müller