La alegría de las pequeñas cosas

Es bueno vagar por el gran verde de la tierra,

donde las visiones de temor inspiran el alma,

pero oh, es mejor, el hogar que viene,

¡el crepitar de la propia chimenea!

Ts has codeado con el solemne pasado, has visto la pompa de los reyes,

aún ¡oh, qué dulce ganar al fin la paz y el descanso de las pequeñas cosas!

 

Quizás hayas contado entre los grandes, te esforzaste y luchaste con hombres poderosos,

tu mano está en el timón del Estado, colosos como tú andan a trancos… y luego

viene una pausa, una hora brillante, un perro que salta, una mano que agarra,

oh titán, apártate de tu pompa y poder, entrega todo tu corazón a las pequeñas cosas.
Ve y acuéstate como un niño en el pasto, creyendo que es alguna jungla extraña,

donde poderosos monstruos se asoman y pasan, donde cucarachas vagan y arañas se extienden.

En medio de la nostalgia y el brillo de la hoja y espada, ¡qué dragones sacuden sus alas pintadas!
¡Oh, mágico mundo de brillo y sombra!, ¡oh, tierra bella de pequeñas cosas!
A veces pregunto, después de todo, en medio de esta enredada red de destino,

si lo que es grande puede no ser pequeño, y lo que es pequeño no debería ser grande.

Preguntando así voy por mi camino,

aún en mi corazón la satisfacción canta… O quizás siempre veo, lo ruego,

la gracia y el amor de Dios en las pequeñas cosas.
Entonces dénme, sólo suplico, un pequeño techo que llame mío,

una pequeña sidra en el barril, una pequeña carne sobre el hueso,

un pequeño jardín junto al mar, un pequeño bote con luces y hamacas…

Tomen riqueza, tomen fama pero dejen para mí, oh Señor de la Vida, sólo Pequeñas Cosas.
traducción: Hugo Müller

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