Jim

¿Nunca conocieron a Jim, nuestro muchacho Jim?
Dios los bendiga, allí estaba aquel muchacho,

flexible, derecho y largo de miembros, limpio como un silbato, y tan contento.

¿No estaba siempre riendo, pa?
Alegría, pura alegría el corazón de él, y oh, qué modales suaves tenía Jim, ¡nuestro Jim!

Pero yo lo veo mejor como un nene, un bonito bebé, aunque soy yo el que habla,

riendo allí en su pequeña cuna, con su pelo bronceado y sus mejillas de manzana.

¡Y dios mío!, aquellos ojos azules que tenía, y allí donde su pequeña boca tenía hoyuelos,
una marca mágica como un bello lunar, aquel era Jim.

¡Oh, la guerra, la guerra!, ¡cómo se humedecieron mis ojos!
Pero él dice: «No te lamentes, madre querida, no has conocido que te falle todavía,

y estaré de regreso en un año, un año”.

Fue en Mons que él cayó, en el primer ataque, porque así dijeron,

y sus ojos estaban oscuros, pero yo reí en sus caras: “El regresará, lo hará mi Jim”.
Ahora, hemos estado casados por veinte años, y Jim era lo único que teníamos,

así cuando suspiró en el oído de padre, él no me creería, ¿lo harías, pa?

¡Allí! Debo apurarme… ¿oyes su grito?

Mi pequeño, nuevo bebé… ¡Miren!, ese es él.

¿Cómo lo llamaremos? Jim, sólo Jim.

¡Jim! Mírenlo riéndose allí, del mismo viejo modo en su pequeña cuna,

con sus mejillas rosadas y su pelo bronceado, y míren, sólo miren…

su bello lunar en el mismo lugar… Oh, no puedo explicarlo,

y por supuesto pensarán que es un capricho de madre, pero lo sé,

sé que es mi muchacho nuevamente, el mismo pequeño Jim.

Sólo regresando como dijo que lo haría, regresando con su amor y su corazón de alegría.

Oh, he llorado y llorado, pero el Señor tenía razón,

de la sombra de la Muerte dejó libre a Jim,

entonces lo tendré a él de nuevo, ya lo verán.

¿Puede maravillarlos mi corazón rebosante de madre?

¡Oh, qué felices vamos a ser!, ¿no lo somos, Jim?

 

traducción: Hugo Müller

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