El Capitán Motosierra deforesta medio Amazonas

La deforestación en el Amazonas brasileño explotó en julio mientras Bolsonaro se burló de su retrato como “Capitán Motosierra” y se mofó de Emmanuel Macron y Angela Merkel por haberlo desafíado por la devastación ocasionada por sus socios yanquis. “Aún no se han dado cuenta de que Brasil está bajo una nueva administración” –declaró Bolsonaro en un acto ganándose la aprobación de su auditorio. “Ahora tenemos un presidente rozagante”.

El populista de ultraderecha reiteró que su gobierno –cuyos críticos lo acusan de ayudar a desencadenar una nueva ola de destrucción ambiental- es víctima de una mendaz campaña internacional basada en imprecisos datos satelitales mostrando un salto en la deforestación. Bolsonaro ridiculizó su imagen y mientras hablaba datos oficiales desnudaban la gravedad de la crisis ambiental actualmente desplegándose en la mayor reserva selvática del planeta, la cuenca del Amazonas, de la cual el 60% se encuentra en Brasil

De acuerdo con un periódico de São Paulo, la destrucción del Amazonas abarcó un área de 2.500 kilómetros cuadrados de bosques talados, según datos preliminares del Instituto de Investigación Espacial, el ente encargado de monitorear la deforestación. Esto representa un aumenta de 278% sobre el área de bosques destruida el año pasado.

Rômulo Batista, activista de Greenpeace, residente en Manaos, dijo que las cifras eran preocupantes, y mostraban una clara tendencia al aumento de la deforestación en tan solo seis meses de la gestión bolsonarista, continuismo de la dictadura de Temer. Lo que no estaba claro aún es si la deforestación continuará creciendo o si se disparará hasta extinguir “el pulmón del planeta”, como le llamaron los ecologistas a la reserva amazónica.

Batista acusó al discurso y las políticas “anti-ambientales” del presidente –como el castigo presupuestario a la agencia ambiental brasileña, dejándola inoperativa.

“Casi se han otorgado licencias para deforestar ilegalmente con impunidad, ahora mismo hay equipos de inspección y control que están siendo atacados por el presidente y sus ministros. Estamos en un momento muy preocupante”.

La enorme destrucción bajo Bolsonaro –que fue electo con el apoyo de los poderosos sectores minero y agropecuario- provocó un shock en los ambientalistas a pesar de no haber sido sorpresiva. Ya en campaña el “mesías” había advertido que echaría a las cobardes ONGs ambientalistas y foráneas que metían sus narices en asuntos domésticos brasileños. “¡Esta tontería del medio ambiente se detiene aquí!” proclamó Bolsonaro al alabar a Trump luego de su aprobación de los oleoductos Dakota Access y Keystone XL.

Bolsonaro retomó el tema ayer durante una reunión de vendedores de autos en São Paulo, quejándose de que el 60% del territorio amazónico está inutilizable por las reservas indígenas y cuestiones ambientales.

“No se imaginan lo que disfruté hablando de esto con Macron y Merkel en la última reunión del G20 en Japón”. Y ante las carcajadas de su público el presidente añadió: “¡qué placer!”.

El mes pasado Merkel había descrito la situación ambiental de Brasil como dramática. Los datos duros que mostró el Instituto de Investigación Espacial provocó que el presidente echara de una patada en el culo a su director, en una muestra más de la dudosa democracia que vive el país. Ricardo Galvão, el despedido, fue acusado de mentir y le acaban de armar una causa judicial al estilo Moro. Su sucesor, el coronel de la fuerza aérea Darcton Policarpo Damião, seguirá la línea bolsonarista. En una entrevista de la semana pasada Damião dijo que no estaba convencido de que el calentamiento global era un fenómeno provocado por el hombre, y que cuestiones como esa no afectan su taza de té.

El papa Francisco –que está preparando convocar y presidir un sínodo especial en el Amazonas en octubre-, también ha despertado la cólera bolsonarista. El papa argentino cuestionó “la ciega y destructiva mentalidad” de quienes buscan ganancias en la mayor reserva de biodiversidad del planeta. “Lo que está ocurriendo en el Amazonas tendrá repercusiones en el mundo entero” –advirtió el papa.

Al preguntarle sobre los planes papales, Bolsonario ofreció otra de sus características respuestas lascivas e inesperadas, sugiriendo que los dichos del papa reflejan la conspiración internacional para apropiarse del Amazonas. “Brasil es la virgen sobre la cual cada extranjero desea poner sus manos”.

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