El bluff de la bonanza trumpera

Varios economistas y teóricos de la política internacional no se cansan de declamar que Trump puso en valor la industria y el trabajo de los estadounidenses, que mediante sus políticas protecciones, sanciones económicas y guerras comerciales ha llevado al país al empleo total e índice de productividad elevadísimos. Así se construyó todo un discurso que no es más que un lugar común: “sus medidas se orientan a proteger el mercado interno” (incluida la cacería y deportación de centroamericanos ilegales). Lo cierto es que se concede escasa consideración a quienes denuncian la falsedad de tales posturas y premisas, demostrándolo con estadísticas crudas y creíbles, ocultas por el aparato comunicacional infecto del presidente yanqui. La senadora y aspirante presidencial del partido demócrata, Elizabeth Warren, manifestó hoy que existen diversas señales que permiten advertir una pronta recesión económica en Estados Unidos, y alertó sobre el comportamiento imprudente de la administración de Donald Trump.

La legisladora por Massachusetts, una de las que líderan las encuestas entre los más de 20 candidatos que buscan la nominación del partido a las elecciones de 2020, hizo un llamado a los congresistas a actuar antes de que otra crisis, peor que la de 2008 “le cueste a las familias de Estados Unidos sus hogares, empleos y ahorros”.

En un texto publicado en la plataforma digital Medium, Warren sostiene que al mirar la situación actual del país, ve un sector manufacturero en recesión y una economía precaria basada en la deuda, tanto de los hogares como corporativa, y que es vulnerable a los choques y golpes de los mercados. “Veo una serie de graves perturbaciones en el horizonte que podrían hacer que se desmoronen los cimientos inestables de nuestra economía”, añade la senadora, quien dijo que una sola caída de las acciones líderes podría derribar todo, y los lobbystas –y lobos feroces- de Wall Street están acicateando situaciones dramáticas.

Warren plantea que el gobierno trumpista podría romper el techo de la deuda del país en septiembre, lo que generará una crisis económica que, según los principales economistas, será ‘más catastrófica’ que el colapso de Lehman Brothers. La guerra comercial que mantiene Trump con China ya ha perjudicado a las compañías estadounidenses consideradas ‘líderes de la industria’, mientras genera una desaceleración económica en el país asiático que perjudicará enormemente a las empresas yanquis, incluidas las de su poderosa industria cultural.
Warren hizo referencia a la curva de rendimiento del Departamento del Tesoro -el diferencial entre las tasas de interés a corto y a largo plazo-, la cual se invirtió por primera vez este año desde 2007. Cada vez que aparecieron curvas de rendimiento invertidas en el último medio siglo, esta tendencia fue seguida de algún tipo de recesión económica. Los expertos en la dinámica de la economía estadounidense están de acuerdo. En una encuesta reciente el 75% vaticinó que las tasas de endeudamiento llevarán indefectiblemente a una recesión, agravándose el problema del desempleo que el gobierno maquilla con cifras falsas.

Para evitar esa crisis, la aspirante a la Casa Blanca propuso acciones como reducir la deuda de los hogares, monitorear y disminuir los préstamos corporativos apalancados, y fortalecer la industria manufacturera a través de la inversión, todas medidas sensatas que seguramente Trump tildará de populistas o comunistas.

Por último, Warren arengó a la ciudadanía: “A tipos como él, racistas y prepotentes, hay que sacarlo con una avalancha de votos que lo sepulte en alguna de sus mansiones o arrogantes edificios, si no se obtiene la posibilidad de juzgarlo y enviarlo a alguna cárcel privada, como cualquier hijo de vecino. Ese es hoy mi sueño americano”.

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