Cumbre y Contracumbre del Mercosur. Presencia y ausencia de Evo Morales
Esto ocurrió en la Estación Belgrano, en un coqueto edificio de la militarizada Santa Fe, en ocasión de la LIV Cumbre 2019 de presidentes del Mercosur.
Macri: Bienvenidos, blablabla, buenísimo, cerramos el acuerdo con la Unión Europea, boló. Tranquilos que tenemos armas de Trump e Israel, guita fresca del fondo, jajaja. Nadie les va a hacer daño. Si vieron las periferias de Santa Fe y Rosario y pasaron por alguna villa gigante, eso quiere decir que las cosas andan fenómeno en Argentina.
Es la primera vez que se juntan los socios del Mercosur, con las adhesiones de Chile y Bolivia, tras la firma del preacuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), que amenaza con devastar la región más de lo que está luego de agitados años de reimplantación de modelos neoliberales, siendo la única excepción la de Bolivia, aunque el comportamiento errático de Evo Morales en los últimos años lo ha llevado a “hermanarse” con las basuras de Macri y Bolsonaro (por más que en la fotito, simbólicamente, salude con la mano izquierda, ubicándose a la izquierda del cuadro, mientras el resto de sus colegas saludan con la derecha, ubicados a la derecha, incluido el tibio charrúa Tabaré).
Por más que el canciller Faurie lloriquee en forma rimbombante, lo más probable es que el maldito acuerdo no se apruebe, aunque siendo la realidad más maldita que nuestros deseos, capaz que al final se terminan imponiendo los regímenes neocoloniales de derecha en Sudamérica.
Los presidentes anunciaron como una medida excepcional la eliminación del cobro del servicio de roaming en el Mercosur, luego de conocerse que la cifra de usuarios vigentes de roaming ascendía a 0. También aprobaron la implementación de un presupuesto único –para poder girarlo directamente a las cuentas y testaferros de los presidentes y funcionarios amigos –excepto Morales y el uruguayo Vázquez, que son tan honestos como acomodaticios-. Asimismo, pusieron un marcha un sistema de firma digital que se supone acelerará “procesos internos” de compraventa de votos y armas: un viejo reclamo de Macri, que también propuso la implementación de un mecanismo de reuniones virtuales, que hasta ahora estaba prohibido.
El operativo de seguridad para proteger a los presidentes lo organizó la ministra Patricia Bullrich en colaboración con el intendente José Corral, y no hubo que lamentar ni un incidente. Por lo pronto, las inmediaciones del centro de convenciones donde se reunieron los presidentes, permanecen valladas y con acceso restringido.
A pesar de ser un acto de entreguismo infame la firma de semejante acuerdo, no hubo manifestaciones en contra ni tampoco expresiones de rechazo al mesías presidente de Brasil. Igualmente, como sucede en cada cumbre, hubo una «contracumbre» en Rosario, organizada por la Multisectorial de Solidaridad con Cuba y la Patria Grande, acto que se sumará al Encuentro de los Pueblos por la Integración Nacional en la Federación de Sindicatos Municipales (FESTRAM) de esta ciudad. Mientras en las adyacencias de la Estación Belgrano un gran despliegue policial cubrió la llegada progresiva de los cancilleres y Jefes de Estado de las distintas delegaciones, la “Cumbre de los pueblos por la integración regional” no tuvo más que un par de camionetas y agentes de seguridad apostados en la entrada de la sede de FESTRAM, agentes de la AFI enviados por el gobierno.
Evo amenazó con ir a la contracumbre pero pegó un faltazo que hirió a miles de admiradores argentinos. Sí hubo en cambio parlamentarios del Mercosur como Jorge Taiana, legisladores nacionales, dirigentes de movimientos sindicales, y representantes de cooperativas, mutuales y Pymes de la región y el país. El encuentro, organizado por el Movimiento Obrero Santafesino, contó con diversos paneles por la mañana y por la tarde, y tuvo un acompañamiento de más de mil inscriptos, según calcularon las autoridades. Allí, en una conferencia de prensa conjunta, la palabra más mencionada fue “secretismo”, seguida de “reprimarización” e “hijos de remilputa estos presidentes de mierda”. La primera se sostuvo como denuncia pública del modo en que fue elaborado el anunciado preacuerdo de libre comercio con la Unión Europea. La segunda como objetivos de lo que se pretende y por lo que se insistirá con el acuerdo o sin él, y la tercera, como un sentimiento irrefrenable de hacer justicia con las propias manos, o con lo que uno tiene a mano en la lengua.