Remordimiento
Aquella palabra mordaz que usaba con desprecio (aunque hace medio siglo)
vuelve a mí esta mañana de abril como un boomerang para trabajar mi dolor,
vuelve a mí con culpa amarga (aunque los manzanos estén floreciendo),
¡y oh, la angustia de mi vergüenza es más afilada que el aguijón de una serpiente!
La edad nos sensibiliza al dolor, y cuando recordamos alguna palabra
hablamos de nuevo en retorno de la cólera, su puñalada es como una espada conducida…
y en algún momento celestial nuestros corazones sangran en penitencia
por todo el dolor que le hemos hecho al hombre,
¡ah, eso sería un verdadero infierno!
Así que amigos, sean cuidadosos de sus palabras
aunque otros pechos puedan encontrar su acero,
a menos que retornen como espadas vengativas,
hasta que sus heridas jamás sanen,
porque con la edad el corazón se suaviza a la misericordia,
tontos recuerdos acechan como elfos maléficos,
dejen que seamos gentiles con nuestros compañeros,
y conquistar la piedad de Dios para nosotros.
traducción: Hugo Müller