Retorno al hogar
Mi chico regresó, está aquí al fin, vino a casa en un tren especial.
Mi anhelo y mi dolor han pasado, mi único hijo está de vuelta.
Está en casa con música, banderas y flores,
con paz y alegría rebosantes en mi corazón,
llegó en las primeras horas de la mañana, con la mitad del pueblo para darle la bienvenida.
Para acallar mi pena, noche tras noche, cómo he socavado mi almohada,
y sería la luz de la mañana antes de sollozar hasta el sueño.
Y cómo solía contemplar y contemplar a través de la espuma del puerto
pensando que está combatiendo lejos allá afuera…
Pero ahora con campanas mi muchacho regresa a casa.
Ahí está la señora Burke, ella tiene a su Ted, pero menos la visión de sus dos ojos,
y la señora Smith, conocen a su Fred, se llevaron sus piernas hasta los muslos.
Cómo pueden estar felices estas mujeres, con toda su valentía para hablar,
una con un hijo que no puede ver, otra con un muchacho que jamás caminará.
Debería estar más feliz que ellas, mi muchacho volvió sin una cicatriz,
y dicen que toda la gente está orgullosa de saludar a su héroe de guerra.
Así en el gentil atardecer le daré las gracias a Dios de que mi Bert ha vuelto a casa…
Tan pacíficamente me siento junto a su diminuto montículo de marga recién convertida.
traducción: Hugo Müller