Relax
¿Recuerdan aquella feliz bici que atábamos a nuestras espaldas?
¡Qué cerca del paraíso y una bendición era relajarse así!
En acogedora taberna de buena cerveza quitarnos nuestro pesado equipaje,
y con una jarra de cerveza espumante relajarse.
Aprender a relajarse: limpiar la mente de miedo, dudas y preocupación,
y en la vacuidad encontrar la perfecta paz que está allí.
Con laxitud de corazón y mano, cuando cada nervio holgazanea,
que bueno es descansar la vieja cabeza y relajar, relajarse.
Sólo hundirse en el respaldo de una silla para cuarenta pestañeos,
y junten sus manos como si estuviesen rezando, eso ayuda un montón, ustedes saben.
Olvídense quiénes son por un rato, y flexibles como la cera sólo sonrían beatíficamente…
Relax, relax, relax.
traducción: Hugo Müller