Diputada escotada le provoca erección seguida de recaída a Bolsonaro
Es misterioso cómo Brasil sigue funcionando en estado catatónico. Es inconcebible que lo sigan condenando a Lula con denuncias falsas, causas armadas y acusaciones espurias, salidas del laboratorio de la CIA, hoy Ministerio de Justicia del país. Pero esto es lo que ocurre: de haber renacido como potencia mundial de la mano del proscripto obrero metalúrgico a ser la colonia más importante del imperio yanqui en Sudamérica, desde donde podrá ejercer su nefasta influencia a todos los países vecinos, como si no tuviesen suficientes cipayos y agentes trabajando de políticos.
El autoatentado de Bolso le hizo ganar las elecciones pero parece que se le fue la puntada al macaco conchabado. Los escuadrones de la muerte parapoliciales y paramilitares son los mismos, la única diferencia es que ahora gozan de tecnología y asesoramiento israelí. El militar-mesías vende la alucinación de que sólo los elegidos de su estúpida secta se salvarán cuando se aceleren los tiempos del Apocalipsis. La pretendida invasión y golpe de estado en Venezuela es una muestra de ello. Los militares brasileños ya se negaron a colaborar con los planes imperiales, a diferencia del ejército y mercenarios colombianos que están movilizando sus tropas para animarse contra la heroica Guardia Nacional Bolivariana. Maduro está tranquilo: tiene alma de trabajador, guerrillero, héroe. Su pasta es la de Chávez y ya le va a hacer morder el polvo de la derrota al escuálido culorroto de Guaidó.
El presidente brasileño, aún internado por complicaciones derivadas de su “adivinado” y promocionado apuñalamiento, navega por Internet viendo las novedades en los portales infames del establishment, aliados del imperio. En diez minutos revisa los portales hacedores de fake news y posverdades, rellenos de estupideces y publicidad, en un barroquismo tecnológico que descerebra. Las pocas neuronas que le quedan cuando concluye las utiliza para twittear al estilo Trump o intercambiar mensajes con los jefes policiales para obligarlos a incrementar las cifras de “falsos positivos” (que en el Brasil contemporáneo se componen de supuestos narcotraficantes, ladrones, marxistas o anarqustas abatidos en lo que va de su gestión).
Cuestión que a Bolso le dio sueño, fruto de la pichicata que le dieron por los dolores intestinales que padece. Entrecerró los ojos y vio el escote de la diputada Ana Paula da Silva en la toma de posesión del cargo de diputada estatal del estado de Santa Catarina. Da Silva exhibió una espalda y unos pechos tentadores que le devolvieron la sonrisa a Bolso. Su mujer, distraída atendiendo los negocios turbios de sus retoños (sus lavados de dinero, sus apremios ilegales, sus nexos con sicarios y periodistas energúmenos). El presidente pidió estar solo para mayor tranquilidad, e hizo carpita con las sábanas hospitalarias. Esta situación fue centro de una gran polémica entre los médicos, porque al líder de ultraderecha se le aceleró el ritmo de su corazón.
Ana Paula fue la quinta parlamentaria más votada de su estado, y su bella estampa se convirtió en motivo de numerosos comentarios ofensivos en las redes sociales por parte de las evangélicas y puritanas huestes del presidente. Sin embargo, la diputada parece una mujer valiente y no tardó en replicarles con sus logros políticos, entre ellos, un índice de 90% de aprobación alcanzado mientras era alcaldesa de la ciudad de Bombinhas y la elección de su gestión municipal como la tercera mejor de todo el país (Sputnik TV, 2019).
El machismo y misoginia del líder no tiene mucha relación con sus apetitos sexuales. Cuando vio las explicaciones de la diputada por TV, la carpita se desinfló y el corazón retornó a un ritmo normal, siendo todo considerado un susto para los galenos y amantes del fascismo extremo. De hecho, el parte médico del Hospital Israelita Albert Einstein en que se halla internado fue tan prudente como optimista: “Parece que nuestro presidente contrajo una neumonía, seguiremos tratándolos con las drogas adecuadas. Al pueblo brasileño le rogamos que espere tranquilo su recuperación”. Mientras tanto, la dictadura de Bolso (simple herencia de la de Temer) sigue generando ejércitos de hambrientos, desocupados, futuros habitantes de cárceles privadas o destinados a fosas comunes “a la mexicana”.