Viejo Bob
Supongo que la gente piensa que soy un gran tonto,
desde que Jack, Jim y Joe han golpeado la puerta del Reino por Venir
y me dejaron aquí abajo: desde que la Muerte, la bastarda,
los derribó dejándome enfrentado con la duda.
Todos mis amigos se han ido y me he quedado solo,
el viejo Bill fue el último, y ahora veo su nombre recortado en una lápida,
una losa de mármol, pero no tan fina como la que elegí para mí.
Cuido y maldigo un dolor reumático mientras me siento en el porche,
con nada especial en mi cerebro, me hamaco, fumo y escupo:
cuando uno se acerca al final dolorosamente necesita un amigo.
Mis camaradas se han ido, supongo que están cómodamente
avituallados en la buena tierra de Dios, y desde que no tengo agallas para la alegría
me dediqué a mi jarra: la cuestión que pondero es ¿a dónde diablos se han ido?
traducción: Hugo Müller