Reptiles y rosas

Tan claro como el cristal es para mí que cuando muera dejaré de ser,
todo lo demás parece una completa estupidez.
Todas las promesas de paraíso son pensamientos ilusos,
las mentiras del predicador, el polvo dogmático es lanzado a nuestros ojos.

Sí, la vida es inmortal, fluye rápido, igual en un reptil y en una rosa,
pero así como viene también se va.
Las rosas muertas ya no brotarán nuevamente,
la lagartija inerte se marchita en vano,
las copas frustradas no sostendrán champán.

Nuestro aliento es breve, y siendo así hagamos nuestro cielo aquí abajo,
y prodiguemos amabilidad mientras vamos.
Porque cuando nuestra muerte cierre la puerta
habrá oscuridad para siempre,
así déjenos arrodillarnos en oración antes de cada día
y dejen que nuestra obligación sea luchar por la libertad de la humanidad…
Allí está nuestra inmortalidad.

traducción: Hugo Müller

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