El convaleciente
… Entonces caminé entre los sauces muy silenciosamente toda la noche,
no había luna para nada, para nada, ninguna tímida estrella brillaba,
no había luz alguna, fui de árbol en árbol, y lo llamé como lo llamó su madre pero nunca me contestó.
Oh, lo llamé durante toda la noche mientras caminaba sola por el bosque,
Y escuché y escuché pero nunca oí un lamento, luego lo encontré al amanecer,
cuando el cielo lastimoso estaba rojo, estaba buscando vida pero sólo encontré muerte.
Estoy segura de que era Shamus por la cruz de plata que llevaba,
pero las cornetas estaban llamando y escuché el rugido del cañón.
Oh, no tenía tiempo para demorarme, así dije una pequeña oración,
hice que sus manos se aferraran, y lo dejé descansando allí.
Ahora los pájaros están cantando, cantando, y yo estoy en casa en Donegal,
y es primavera, y estoy pensando de que sólo lo soñé todo,
soñé aquel bosque maligno, todo lleno de muertos,
donde me arrodillé junto a mi hermano cuando el amanecer de la batalla estaba rojo.
Cerca de donde oré junto a mi hermano fui a luchar de nuevo:
los sueños como éstos son sueños malos, no puedo creer que sea verdad.
Donde todo es amor y alegría seguramente es muy duro pensar en la pérdida…
Pero madre no está diciendo nada, y ella agarra una cruz de plata.
traducción: Hugo Müller