La decisión

Ella dijo: ‘Si bien mi esposo Jim está contento con su hogar
nunca debí casarme con él, somos tan diferentes.
Oh sí, sé que me ama bien, adora a nuestros hijos
pero es tan tonto, y me rebelo contra una vida que aburre’.

‘Por supuesto hay otro hombre, casi sin un centavo,
pero con esperanza y alegría planeamos un hogar junto al mar.
Aunque pierda el nombre de esposa y los vecinos me aíslen,
esa felicidad coronará nuestra vida, despreciaremos su censura’.

‘¿Pero que pensarán mis hijos, cuyo amor es puro y verdadero?’
Yo dije: “Tu recuerdo les apestará cuando tengan que hablar de ti.
Tu marido Jim maldecirá tu nombre, y si haces un desastre de la vida,
oh, no lo hagas en tu vergüenza de atreverte a esperar la felicidad”.

Bueno, aún ella vive serena con Jim y tiene tres niños.
“Oh, qué tonta he sido para querer abandonar mi hogar” dice ella.
Por supuesto, Jim es una carga inapreciable pero es tan dulce conmigo…
‘Ven cariño, ¿no me sirves otra taza de té?’

traducción: Hugo Müller

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