Maluma y Duque: artífices de la cultura traqueta

Juan Luis Londoño, que no es un colombiano cualquiera sino el reggaetonero Maluma, acudió a una cita a la Casa de Nariño con el presidente Duque. Allí conversaron sobre proyectos conjuntos que piensan implementar en beneficio de la juventud colombiana, se trataron de “hermanos” y se espetaron el uno al otro que “están haciendo país”, como grandes divos corrompidos por el dinero y la excesiva prostitución del mundo que los rodea. Maluma publicó en Instagram una foto del encuentro alabando al títere de Uribe, orgulloso de compartir sus siniestros ideales, y que le haya ofrecido ser “influencer” y portavoz de los mensajes presidenciales a la juventud colombiana. De acuerdo con Vega Cantor (2018) el nivel cultural e intelectual del cantante no lo hacen merecedor de un puesto tan encumbrado, aunque tratándose del presidente-títere, amparado y colocado por el imperio yanqui en la presidencia, es factible su utilización como líder del “traqueteo”. Más aún, el citado escritor repasa las contribuciones culturales y educativas de las letras de Maluma, aplaudidas hasta el babeo por Duque, quien en su puta vida penetró en alguna zona pobre del país. Según su brillante análisis el proyecto consiste en una malla curricular dirigida a iluminar y potenciar las virtudes de jóvenes colombianos, que están siendo seriamente reprimidos en las calles de todo el país al protestar, con ideas izquierdistas en la cabeza, por el deplorable estado de las universidades públicas. Así, el reggaetonero amado por millones de adolescentes descerebrados podría impartir las siguientes cátedras:
Cátedra de misoginia y reducción de las mujeres a objetos sexuales: En Cuatro Babys, Maluma deleita con el siguiente mensaje: «La primera se desespera, se encojona si se lo echo afuera. La segunda tiene la funda y me paga pa’ que se lo hunda. La tercera me quita el estrés, polvos corridos siempre echamos tres. A la cuenta de una le bajo la luna pero ella quiere con Maluma y conmigo a la vez». En Un Polvo contribuyó dignamente a la poesía mundial globalizada: “Ver tu cara cuando lo tengas adentro”, “Se pone en cuatro y me pide que por el culo la castigue”. O en Vitamina, cuando dice: “No hay razones pa’ que te cohíbas, yo sé que te gusta, te motiva, me dijeron que eres posesiva… y te tragas todas mis vitaminas”.
Pura inspiración de macho recontrapajeado. Grandes enseñanzas que encantan al presidente-títere. Maluma forma parte de la camada de artistas más admirados por Duque. El es el modelo de “creatividad” e “innovación” que pretende impulsar en el país (al menos así lo manifestó en su discurso de asunción), la máxima expresión de la economía naranja (sic) que lanzó. A esta cátedra sólo podrán asistir machos que no perdonan a una mujer, de esos que se las cogen a todas… A esos no les gusta alardear de sus éxitos como a Maluma. Va a estar interesante que se le retobe algún alumno y le descerraje un tiro en “la cholga”.
Cátedra apologética de la violación de mujeres: Con tanta poesía que injuria y denigra a las mujeres, no se podía esperar que esta área de conocimiento fuese explotada por el marketinero cantante paisa. En su canción Borro cassette emborracha a una mujer y aprovecha el momento para abusarla: “Y no hay un día que no pare de pensar en su belleza, te estoy buscando para ver si los repetimos, esa noche qué bien lo hicimos, entre tragos nos desvestimos, las botellas que nos tomamos, a la locura que nos llevaron”. Así Maluma prescribe el recetario neoliberal del “desconche”, el individualismo, el hedonismo, la cosificación de los cuerpos, la violencia y el despojo. El ABC de las políticas públicas de Duque, ligadas al paramilitarismo y al accionar cipayo frente al vecino gobierno bolivariano.
Cátedra de humildad y modestia: Maluma es un tipo que se planta sin tapujos y le contesta a la prensa lo primero que le viene a la mente, su cretinismo y estupidez son soberbios, como cuando defendiéndose de las críticas a sus letras abyectas replicó: «Por una cosa o la otra siempre te van a juzgar, solo haz lo que te salga del corazón, lo que te haga feliz. Si hablaron de Jesucristo por qué te sorprendes cuando hablan de ti». Cual John Lennon se cotejó con Jesucristo para escandalizar a los intelectuales resistentes a la chabacanería. Remedando a ídolos sí comparables con Dios, como Diego Armando Maradona, Maluma habla de sí mismo en tercera persona. La base de su pensamiento se halla en el prejuicio traqueta (ratificado en los últimos quince años, desde Antioquia a todo el país y el mundo) de que los colombianos son el centro del mundo y que, con la ayuda de Estados Unidos e Israel, pueden humillar y pisotear a quien se les antoje.
Cátedra de racismo: Por supuesto, Maluma no se iba a quedar corto en esta característica esencial del gobierno del presidente-títere, quien mamó desde su infancia el discurso de odio y desprecio de las oligarquías colombianas. En su visita a Panamá, por ejemplo, hizo declaraciones desdeñosas de los negros y hasta de un niño enfermo de cáncer. . tra gran enseñanza que se desprende la vida cotidiana de ese gran educador que es Maluma es la del trato que se debe dar a aquellos que son considerados inferiores, como parte de una pedagogía del odio y el desprecio. Un ejemplo de este tipo de enseñanza práctica se produjo en una visita a Panamá en junio de 2016, cuando nuestro gran filósofo educativo manifestó su desprecio por los negros y hasta un niño enfermo de cáncer.
No es conveniente hurgar más en la miserabilidad moral del reggaetenoreo, no es el propósito de este artículo, sí el embelesamiento que siente el presidente títere por su figura. Como plantea Vega Cantor (2018, p. 4) “solamente Iván Duque sabe apreciar esa basura auditiva que es el reggaetón, y de la cual el ‘jilguero paisa’ es uno de sus máximos exponentes”, para oprobio de Colombia aunque orgullo de la farándula criolla adicta al paramilitarismo y el parasitismo. Se recibe con lujos a individuos de la estatura moral de Maluma y se muele a palos a los estudiantes que reclaman un presupuesto universitario digno.
El proyecto de país que en estos momentos encarnan Iván el presidente-títere y Maluma rinde culto a la violencia, el clasismo, la injusticia, la desigualdad, la ostentación, la misoginia y el racismo. Es el país que han construido las clases dominantes de Colombia, y en el cual no hay cabida para la universidad pública, a la que se viene destruyendo desde la época del gran titiritero, el capo-mafia de los paramilitares y narcotraficantes colombianos, Alvaro Uribe Vélez. El encuentro de Duque con Maluma es la síntesis de la cultura traqueta, impulsada desde las altas esferas del poder, promoviendo la continua alienación y deshumanización de las relaciones sociales. Eso es Maluma, eso es Duque: la condensación de la mierda hecha poder.

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