Verdugo sentimental
Es duro colgar a un tipo fornido
cuando las alondras están en el cielo,
duele cuando los narcisos se complacen
de retorcer un cuello resistente,
cuando la alegría de la primaverá está en la savia y el sol está contento,
es triste encordar a un tipo en lo alto, no importa lo que haya hecho.
Y sentado en la casa toda la noche escucho el timbre de la prisión,
y me pregunto si está bien apurar a un hombre al infierno,
por haber hecho lo que tenía que hacer,
por medio de la codicia, la lujuria o el odio…
Sí, parecen palabras apropiadas para tí pero yo, lo llamo Destino.
Los árboles se burlarían mucho más de la horca si no tuvieran miedo,
y así para salvar a la sociedad hago mi espantoso oficio.
Mientras acelero el aliento ansioso y lo sumerjo en su hogar infernal
a algún tipo asqueroso, para mí su muerte parece más un martirio.
Porque la mayoría de nosotros sostiene con el tiempo el sucio crimen en el corazón,
y a esos tipos tristes los balanceo por su crimen, fueron bien sentenciados desde el inicio.
Del libre albedrío no han hecho nada porque la libertad no es más que un fraude
y quizás en el final el único responsable sea Dios.
Traducción: Hugo Müller