Ruedas

Desde que estoy enfermo de las ruedas eso sacude mi día,
robo en el silencio que cura.
La naturaleza se revela en el centro de la paz,
voy para ganar mi liberación de las ruedas.

Dejame seguir el rastro del desierto bajo la luna,
o navegar serenamente en alguna laguna perdida,
ganar en algún pico la tormenta gris que oculta la nube…
Vida, ¡dejame escapar de las ruedas!

¿Por qué he nacido tan tarde?
Hombre con traje de piel, debería haber compartido el destino del clan de la montaña,
junto a mi silencioso rebaño, cuando el silencio roba,
inconmovible en la corriente de las ruedas.

La rueda es el rey hoy, y la velocidad un dios,
pero cuando veo el modo en que mis pies anduvieron
como peregrinos que se arrodillan ante el santuario de la belleza, rezo
“¡Oh, Paz divina, condenadas ruedas!

traducción: Hugo Müller

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