Los sacrificios
Tenía mellizos, eran mi diversión, mi esperanza, mi cariño, mi vida,
su padre apuesto, elegante, cayó luchando en Galipoli.
Sin duda, heredaron su osada gallardía en partes iguales:
así, cuando estalló la segunda guerra mundial con ansiedad eligieron el aire.
Dick dijo: «El mar es demasiado lento, una nave voladora es ideal para mí”.
Peter dijo: “¡Tierra, caminar penosamente, no! ¡El alegre cielo es mi taza de té”.
Bueno, Dick fue rescatado en el vuelo del Canal,
su cuerpo agitado de espuma nunca fue hallado,
mientras Peter, con su avión iluminado,
se estrelló a tierra y murió en el campo de Kent.
Eran muchachos divertidos, y altos y esbeltos,
y aunque hubiesen elegido tierra o mar
esquivando los peligros del aire,
igual me los hubiesen dejado.
Pero no puedo decir o hacer nada para
remover su encono al mar y la tierra,
como águilas hacia el sol volaron,
¿por qué? Sólo ellos podrían comprenderlo.
¡Cómo recé día y noche por ellos!
Pero sabía que todo era en vano,
se midieron con hombre heroicos,
aún… nunca volveré a rezar.
Aunque el tiempo lastime mi cabello de gris
mis labios nunca besarán el tallo…
Sólo al morir podría decir apenado “te perdono, Dios”.
traducción: Hugo Müller