Julián

Julián tiene unos treinta años. De baja estatura, un poco gritón. Se caracteriza por arreglar cualquier equipo eléctrico o electrónico que se le cruza. Vive en un departamento alquilado. En la mitad de un edificio de departamentos. Cuando hay un recital de música en el estadio de futbol el edificio se balancea.

Julián inventó una aplicación para teléfono celular, que apoyada en un dispositivo de su ingenio, mide la frecuencia en la que se mueve el edificio de departamentos. Empezó a fabricar el dispositivo y con un capital semilla, logró construir una serie de un centenar de dispositivos que llamó frecuencímetro de edificios. Lo probó en los departamentos de su edificio, y en los de la manzana donde él alquila. Los empezó a vender, y con el primer centenar de frecuencímetros logró tener un capital de trabajo para construir series de dispositivos en producciones de miles. Pudo devolver el capital semilla. Y además vendía la aplicación para celulares.

Cuando llegó a vender el dispositivo diez mil, lo llamaron del gobierno municipal, que se empezó a preocupar porque alteraba a los vecinos contra la municipalidad. El gobierno comunal le empezó a cobrar un impuesto muy grande, equivalente a la carga impositiva de los productos de las adicciones más comunes, del tipo de los cigarrillos o bebidas alcohólicas.

Los edificios se rajaban y no había recitales cerca. Llegaron a la conclusión de que la extracción de petróleo en los pozos de Vaca Muerta había aumentado la frecuencia sísmica de la zona. Los edificios cercanos a la cancha de River eran los más críticos. La villa Rodrigo Bueno antigua también sufría las rajaduras de los recitales de música. Hacían carreras de rajaduras cuando se producían los eventos artísticos, y se aceleraban con la extracción de petróleo de Vaca Muerta.

La municipalidad ya había gastado las ganancias que le correspondían de los pozos petroleros del año 2025. Las tasas de ventas de los frecuencímetros de Julián lo destinaban para estudiar y secuenciar los eventos musicales y deportivos con las bajas de producción de los yacimientos de Vaca Muerta. Algunas de las casas de la antigua villa Rodrigo Bueno se empezaron a derrumbar pero por suerte la municipalidad está proyectando su reparación y refacción.

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