Suposición

Es muy agradable al final del día

golpear el heno con cansancio,

cerrar los ojos, cansado por los cuatro costados

y sólo olvidar que “tú eres tú”.

Es muy dulce despertarse nuevamente

cuando el brillo del sol inunda el dolor de la ventana,

me encanta yacer en mi sofá acogedor

y redescubrir que “yo soy yo”.

Sería grandioso poder concebir

un cielo en el cual creer,

y en una mejor vida estar,

encontrar con alegría que “todavía somos nosotros”.

Aunque asumamos con aliento decaído

que el sueño de la muerte es eterno,

no sería divinamente extraño

despertar y hallar que “Dios es Dios”.

 

trad. HM

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *